En las últimas décadas se ha producido
una revolución respecto al síndrome de Down. Sin embargo, de este síndrome tan
extendido (lo tienen decenas de miles de personas en España y millones en todo
el mundo) la mayoría de la gente sólo conoce algunos prejuicios obsoletos y
erróneos. Es hora de que cambiemos esto, y con sólo leer este artículo pondrás
tu granito de arena en ese cambio trascendental.
1.
El síndrome de Down (SD) se
produce cuando el óvulo o el espermatozoide que lo fecunda tienen una copia de
cada cromosoma excepto del cromosoma 21 que tienen una copia de más.
Como consecuencia, el óvulo fecundado tendrá dos copias de cada cromosoma
excepto del 21 que tendrá tres copias. Por eso al SD también se le llama
trisomía 21 (y el día internacional del SD es el 21/3, 21 de marzo).
2. El SD se origina al crearse las
células sexuales
(óvulo en el interior de la mujer o espermatozoide en el interior del hombre);
es decir, antes de la concepción. Por lo tanto, nada que se haga o se deje de
hacer durante el embarazo puede causar ni curar el SD.
3.
Down en inglés significa abajo, pero el SD no se llama así porque su capacidad
intelectual esté por debajo, sino
porque el médico que en el siglo XIX describió el síndrome en detalle se
llamaba John Langdon Down.
4.
John Langdon Down llamó al
síndrome mongolismo, y así se conoció durante mucho tiempo, porque en
aquella época se creía que la raza mongol estaba menos evolucionada y eran menos inteligentes.
El doctor Down pensó que sus pacientes, de ojos rasgados y con retraso
intelectual, habían retrocedido al estadio mongol. Mongolia presentó una
reclamación a la OMS (Organización Mundial de la Salud) y en 1965 se reconoció
la improcedencia del término mongolismo y se cambió por SD.
5.
Hace sólo unas décadas se
pensaba que el cociente intelectual de la mayoría de las personas con SD se
situaba entre 25 y 55, lo que equivale a un retraso entre moderado y
severo. Hoy se sabe que el CI de la mayoría se sitúa entre 40 y 70, lo que equivale a un retraso
entre moderado y leve.
6.
Hasta los años 70 a muchos
se los internaba en asilos, donde pasaban la vida sin recibir ninguna
educación. Gracias a algunos médicos y padres abnegados se descubrió que la mayoría podía aprovechar muy
bien una educación escolar. Entonces empezó a generalizarse el
mantenerlos en sus familias y proporcionarles una educación. Hoy en día los
niños con SD suelen aprender a leer y escribir y cada vez más consiguen un
trabajo. Algunos han
completado con éxito estudios universitarios.
7.
La razón por la que era habitual -y a menudo sigue siéndolo- que se les
atribuyera una capacidad
intelectual y de aprendizaje inferior a la real, es porque se les
valoraba por su capacidad de expresión oral, que es la capacidad más afectada
en las personas con SD. Es decir, en general su capacidad intelectual es superior a su capacidad de
expresión oral.
8.
Recibir la noticia de que
tu hijo tiene SD resulta muy duro y requiere un período de adaptación.
No obstante, al cabo de un tiempo la mayoría de los padres afirma que su hijo
es para ellos una fuente de felicidad. Afortunadamente hoy existen muchas
fundaciones SD que proveen la necesaria estimulación temprana a los niños con
SD, así como grupos de padres. Nada alivia tanto a un padre reciente que oír a otro padre con
experiencia que su hijo adolescente con SD se va solo al cine con sus amigos,
tiene pareja e incluso está pensando en independizarse a un piso tutelado.
Permitidme
que os ponga un caso como ejemplo. Mi hija Lucía -de 5 años- tiene SD, y ella es la mayor fuente de
satisfacción en mi vida. Sé que, por desconocimiento, mucha gente cuando
la mira sólo ve unos rasgos diferentes y una dificultad para pronunciar, pero quien se molesta en mirar
un poco más allá descubre una persona maravillosa (con sus vicios y
virtudes, como todos).
Conozco
varios casos en los que tener un hijo con SD ha supuesto un extra de motivación en la vida y a la
larga una vida más satisfactoria incluso profesionalmente. En mi caso,
que además de psicólogo clínico soy escritor, mi hija Lucía no vino con un pan
sino con un best seller bajo el brazo, como narro en el siguiente enlace.
En
relación al síndrome de Down, en sólo unas décadas se ha ido de un extremo al otro del fenómeno
conocido como profecía autocumplida. Anteriormente las bajas
expectativas se traducían en una baja estimulación y su potencial se
marchitaba. Hoy en día se
sabe que su potencial es mayor, por ello se les ofrecen mayores
oportunidades de estimulación y desarrollan unas capacidades superiores.
La integración de las personas con SD
en la sociedad ha aumentado mucho en poco tiempo, pero los prejuicios y el
desconocimiento hacen que en demasiadas ocasiones el entorno social todavía sea
un lugar difícil para las personas con SD (y por lo tanto también para sus allegados). Una sociedad más informada es
una sociedad más acogedora, por lo que leer información actualizada
-como puede ser este artículo- supone un paso importante.
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