Juzgar y quejarte son dos funestas
acciones que van en detrimento de tu propia salud emocional, mental y
espiritual.
Una muy buena decisión en tu vida es sacar esas plagas de tu existir para que todo florezca en amor.
Escucha tu corazón compasivo y no bebas el veneno de los juicios y las quejas porque te roban la paz del alma.
Enfoca tu poderosa mente
en amar, en
comprender y, entonces, los resultados serán siempre positivos.
Busca como aliadas a unas tres personas y les compartes la decisión de no juzgar y no quejarte.
Les pides que con amor
evalúen tus progresos o que te ayuden a ser consciente si no lo practicas.
Es una buena estrategia
para mejorar.
También afirma mucho: “Gracias angelitos en acción porque lo voy a lograr
con tu ayuda”.
Todo se alcanza con
disciplina, dedicación y persistencia.
Date ese regalo y verás cómo fluyes mejor en tu vida.
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