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LAS SANDALIAS NEGRAS


La última vez que le regalé unos zapatos a mi madre, fueron unas sandalias negras.

Se las estrenó ese mismo día. Cuando se  las vi ¡hasta me sorprendí!...

Se las había comprado para “un día especial” y le pregunté:

¿porqué las has estrenado tan rápido?
Y me contestó...
~“¿Ajá, y si me muero mañana?... se las va a estrenar otra. ¡No mijo, estás son para estrenarse hoy mismo!”

Dos meses después mi madre falleció.

Hoy volví a recordar las sandalias negras de mamá -algo desgastadas- Y recordando me pregunto:

*¿Qué estamos esperando para estrenar?*

•¿Qué es realmente un día especial?... cuando la vida se vive una sola vez.

•Así pasamos la vida... esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor.

•¿Cuánta gente llegó aquí sin decir lo que quizo, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar o sin pedir perdón?

•¿Los amores que jamás fueron... por esperar un poco a decirlo?

•¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro... no dijo "perdón" primero?.

•¿Los amigos que dejaron de hablarse... por un mal entendido?.

•¿La familia que jamás volvió a reunirse... porque no encontraban un día?.

•¿Los sueños que se quedaron en sueños... por esperar la oportunidad?.

•¿La gente honesta que perdimos... porque fue sincera y nos dolió?.

*¿Y si no llega mañana...?*


•¿Qué dejaste sin estrenar... para que otro estrenara?

•¿A quién dejaste... para que otro amara?

•¿Qué palabras dejaste sin pronunciar?

•¿Con qué perdón en el pecho te quedaste?

•¿A quién le debes una explicación?

•¿A quién debiste darle una oportunidad?

•¿A quién debiste cerrar la puerta, sin jamás mirar atrás?

•¿Qué aventura dejaste sin hacer?

"Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños... solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo!"

Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que nos quedamos inertes ante la vida, por esperar a mañana.

"EL MAÑANA no existe... es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, solo nos queda... HOY"

Hay que estrenarse los zapatos antes que otro... Luchar por lo que amas, luchar por tus sueños y *VIVIR INTENTÁNDOLO* antes que otro se atreva a la mejor hazaña.

Recuérdalo:

*¡VIVE LA VIDA!*
Y cada mañana, cuando abrimos los ojos en esta tierra de “locos”, es la manera en que Dios nos está diciendo:
*¡Ándale!... ¡Daleee!...Atrévete a intentarlo, Arriésgate... Quizás éste sea el día, si fallas no te preocupes... Yo estaré aquí y si vences... también*

Hoy estuve en el mismo lugar donde está su cuerpo, en silencio y con lágrimas en mis ojos me acordé de sus sandalias negras... Y recordé que yo quería estrenarme unos mocasines de colores y por miedo a que se mojaran... ¡no me los puse!

¿Y qué si se mojan?... que se sequen.
¿Y qué si se rompen?... los usé.
•¿Y qué si no funciona?... ¡lo intenté!

~Ahora, ya aquí pensando:
*HOY  es un buen día para estrenar zapatos...*
Para comenzar a hacer tus*"sueños realidad"*
*¿Aún tienes algo sin estrenar?


REFLEXIONES DE UN SACERDOTE
Queridos hermanos y hermanas en la fe, la historia de las sandalias negras de la madre nos invita a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la importancia de vivir plenamente cada momento que se nos regala. En este relato, vemos cómo la madre, con su sabiduría y sencillez, nos enseña una valiosa lección sobre la urgencia de vivir el presente y no postergar lo que realmente importa.

En nuestras vidas, a menudo caemos en la trampa de esperar el momento perfecto para expresar nuestros sentimientos, para perseguir nuestros sueños, para reconciliarnos con quienes amamos. Sin embargo, como nos recuerda esta historia, el mañana es incierto, y solo tenemos la certeza del hoy.

Cada día que se nos concede es una oportunidad para estrenar nuestros zapatos, para atrevernos a ser auténticos, a amar sin reservas, a perdonar y pedir perdón, a vivir con pasión y valentía. No dejemos que el miedo, la vergüenza o el orgullo nos paralicen y nos impidan disfrutar plenamente de la vida.

En este momento de reflexión, recordemos que cada uno de nosotros tiene sueños por cumplir, palabras por decir, abrazos por dar. No esperemos a que sea demasiado tarde para actuar, para amar, para perdonar. Sigamos el ejemplo de la madre que estrenó sus sandalias con alegría y determinación, sin postergar la felicidad.

Que esta historia nos inspire a vivir con intensidad, a abrazar cada día como un regalo divino, a no dejar nada sin estrenar en nuestra existencia. Que el amor, la valentía y la gratitud guíen nuestros pasos, para que al final de nuestros días, podamos mirar atrás sin arrepentimientos, sabiendo que hemos vivido plenamente y con el corazón abierto.

Que la luz de la sabiduría y el amor de Dios iluminen nuestro camino, y que cada paso que demos sea un testimonio de nuestra entrega y gratitud por la vida que se nos ha dado.
Que así sea. Amén.


Hoy, en este momento sagrado de reflexión, te invito a mirar dentro de ti y preguntarte: ¿qué es lo que aún no has estrenado en tu vida? ¿Qué sueños aguardan ser realizados, qué palabras ansían ser pronunciadas, qué perdones esperan ser concedidos? No dejes que el temor te paralice, levántate y da el primer paso hacia la plenitud.

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