Arthur Ashe, el legendario Jugador de Wimbledon, se estaba muriendo de SIDA
Se contagió por medio de sangre infectada administrada
durante una cirugía del corazón en 1983
Recibió
cartas de sus fans, uno de los cuales preguntó:
"
¿Por qué Dios tuvo que elegirte para una enferma tan horrible?”
Arthur
Ashe contestó:
-50
Millones de niños comenzaron a jugar al tenis,
-5 Millones aprendieron a jugar al tenis,
-500 000 Aprendieron Tenis Profesional,
-50 Mil llegaron al circuito,
- 5 Mil alcanzaron Grandslam,
-50 Llegaron a Wimbledon,
-4 Llegaron a la semifinal,
-2
Llegaron a la final y
-Cuando
estaba celebrando la victoria con la copa en la mano,
Nunca
le pregunté a Dios
"
¿Por qué a mi? ".
Así que ahora que estoy con dolor ¿Cómo puedo preguntarle
a Dios: “Por qué a mi”? .
¡¡Los
dolores te mantiene Humano!!
¡¡El
fracaso te mantiene humilde!!
¡¡El
éxito te mantiene brillante!!
Pero
sólo, la fe te mantiene en marcha.
A veces no estas satisfecho con tu vida,
Mientras
que muchas personas de este mundo sueñan con poder tener tu vida.
-Un niño en una granja ve un avión que le sobrevuela y sueña con volar.
-Pero, un piloto en un avión, sobrevuela el cortijo y sueña con volver a casa.
¡¡Así
es la vida!! Disfruta la tuya...
-Si
la riqueza es el secreto de la felicidad, los ricos deberían estar bailando
por las calles.
Pero sólo los niños pobres hacen eso.
-Si
el poder garantiza la seguridad, los VIPs deberían caminar sin guardaespaldas.
Pero solo aquellos que viven humildemente, viven libres
y tranquilos.
-Si
la belleza y la fama atraen las relaciones ideales, las celebridades deberían
tener los mejores matrimonios...
¡Ten fe
en Dios. ! Vive humildemente. Camina
humildemente y ama con el corazón...!
Reflexion de un sacerdote: ¿Por qué me pasó a mí?
Ante el dolor, la injusticia o la enfermedad, es natural buscar una explicación, un culpable o una razón que nos ayude a comprender nuestro sufrimiento.
Sin embargo, la vida no siempre tiene respuestas fáciles. A veces, las cosas simplemente suceden, sin que podamos encontrar una lógica clara.
En esos momentos, lo más importante es recordar que no estamos solos. Dios está con nosotros, incluso en la oscuridad. Él es nuestro Padre amoroso, que nos acompaña en el dolor y nos ofrece su consuelo y fortaleza.
En lugar de buscar culpables o razones, centrémonos en lo que sí podemos controlar: nuestra actitud. Podemos elegir enfrentar las dificultades con fe y esperanza, o podemos rendirnos al desánimo y la desesperación.
La fe nos enseña que el sufrimiento, aunque doloroso, puede ser una oportunidad para crecer y acercarnos a Dios. A través de él, podemos aprender a ser más humildes, compasivos y fuertes.
Recordemos las palabras de San Pablo: "En mi debilidad, precisamente ahí es donde reside mi fuerza" (2 Corintios 12:10).
No tengamos miedo de pedir ayuda a Dios y a nuestros hermanos en la fe. Juntos, podemos encontrar la fuerza para superar cualquier obstáculo.
Que Dios los bendiga.
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