El
25% de los pequeños reconoce que sufre acoso escolar
Según
las madres, este porcentaje asciende al 45%
No
importa si es niña o niño, ni su raza ni su condición económica. Tampoco si saca mejores o peores notas. Basta con que el pequeño sea
obeso para que tenga mayor riesgo de sufrir acoso en la escuela. Así lo
confirma un estudio publicado en 'Pediatrics'.
Estudios
previos también han asociado la obesidad y el 'bullying' en los niños. Sin embargo, no han valorado la influencia de otros factores como el
estatus socioeconómico, la raza y el éxito académico. "Este es el primer
trabajo que lo hace y además es el único que determina las edades en las que
existe más acoso, concretamente entre los ocho y nueve años".
"En estas edades, los niños se fijan
mucho en el aspecto externo para elaborar un concepto de los demás. Los alumnos que ejercen este
acoso escolar se sirven de cualquier rasgo físico destacado para convertir a
alguien en objeto de burla: porque lleve gafas, por cuestiones raciales, por
obesidad...".
Con el objetivo de asociar la obesidad y el
acoso escolar, dos de los problemas con mayor relevancia en estas edades, los
investigadores han analizado a un total de 821 niños entre ocho y 11 años. El
17% de ellos tenía obesidad, el 15% sobrepeso, el 50% eran niños y el 81% de
raza blanca. En todos ellos, el grupo de expertos evaluó la relación entre el
peso de los jóvenes, los factores mencionados anteriormente y sus
probabilidades de ser el objeto de abusos y amenazas por parte de otros
alumnos.
Para ello, tanto las madres como los
profesores y los propios niños respondían a los cuestionarios facilitados para
el estudio. Según se
extrae del estudio, el 25% de los pequeños reconocía su situación de acoso
escolar. Según sus profesores, el porcentaje ascendía al 34% y
atendiendo a la información facilitada por las madres, las víctimas de bullying
constituían el 45%.
Como confirma Martínez-Otero, "muchas
veces, estos procesos se atienen a la ley del silencio. Los propios alumnos
acosados no cuentan lo que les sucede. Suelen ser personas cercanas,
normalmente los padres o los profesores, quienes lo detectan. Existen
indicadores externos (hematomas) o pistas como cambios de conducta repentinos
(mutismo, peor rendimiento académico)".
Estos porcentajes de afectación apenas
variaban cuando se tenían en cuenta el resto de los factores analizados. "Ser obeso, por sí solo,
incrementa el riesgo de ser víctima de acoso escolar", concluyen los
autores. "Esperamos que estos resultados sean útiles para
identificar a los niños más susceptibles y para desarrollar intervenciones que
ayuden a evitar este tipo de situaciones"..
Además, teniendo en cuenta estos resultados,
"los médicos que tratan a los niños obesos deberían considerar el posible
acoso que pueden estar sufriendo..
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