Yo amo a mi
pareja, creo que sí, la amo, la adoro, vivo con ella y para ella, a mi modo de
ver.
Nunca le
digo que la quiero, no soy cariñoso ni detallista, no la determino, pero la
amo. Pocas veces hacemos el amor, nuestra relación es rutinaria, rara vez
salimos juntos, pero la amo.
Lo más importante para mí es el trabajo, el fútbol
y los amigos, no ella, pero
la amo.
Si cambia de peinado o de ropa, no me percato, se
me olvida su fecha de cumpleaños, pero la amo.
No sé por qué ella insiste en que la tenga en
cuenta, la mime y la valore, si yo de todos modos la amo. Tampoco entiendo por
qué quiere algo más si yo le doy la plata que necesita, ¿qué es lo que quiere? Soy infiel, pero la amo.
Ella se complica la vida por no aceptarme así como soy con tanto amor que le
tengo.
¿Quién las entiende?.
Nota: Cualquier parecido con la realidad no es
coincidencia; abundan los que llaman amor a cualquier cosa y las ilusas que se
lo creen.
Amar es
mucho más que esta fórmula: A= S+S: Sexo y Sentimiento; es un compromiso para
dedicarse con alma, mente y cuerpo a cultivar estas actitudes: Querer sin
amarrar, convivir sin juzgar, tener sin poseer, corregir sin herir, dialogar
sin manipular, recordar sin odiar ni culpar, invitar sin exigir.
El amor es volátil si sólo está en un papel
notarial o eclesial, y no en el corazón.
Para no ser un espejismo, debe ser un amor de
buenas acciones, no de palabras bonitas; un amor tolerante con las fallas y
rico en respeto. Un amor libre, sin cadenas invisibles, en las buenas y las
malas, con luz o con sombra.
Sólo así es capaz de superar los escollos si una
parejas elige enfocarse en lo mejor; mejor si Dios los acompaña para que perdure y no sea desechable.
Todo esto lo profundiza con maestría Erich Fromm en
su estupendo libro ‘El arte de amar’ que toda parejita debería asimilar y
aplicar. Como bien lo sentencia él desde el prólogo: Amar es raro exigente.
Palabras de un sabio Maestro sobre eso que llamamos
amor sin serlo, en un peligroso autoengaño. “Cuando la gente ama hay necesidad y control: ella lo
necesita a él, y él la necesita a ella. Tú dices que das amor, pero,
¿qué tipo de amor es ese?”.
Es un amor
muy condicional.
Es bien
fácil amar a tu pareja cuando se amolda a tus caprichos o deseos egoístas, eso
todos lo hacen.
Si no lo hacen, ¿los amarías? Si tus padres o tus
amigos son muy buenos contigo, los amas, pero amas para recibir, y amar es dar
sin esperar recibir. Lo habitual es practicar un amor condicionado, o sea, “te amo si actúas así o haces lo
que quiero”.
Amar sin entrega ni respeto es un despropósito.
Ojo, sólo amas si primero te amas mucho, si te das sin apegos y sin
condiciones.
Sí, amar es raro y sobran los analfabetos afectivos
que se jactan de ser buenos amantes.
Amar es un
arte y todo arte pide esa pasión y dedicación que sobran para el fútbol, la
política y otras bagatelas.

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