Lo
publico para mi pequeña valiente, que está dándolo todo en esta maldita
pandemia.
Te
amo hija, estoy muy orgullosa de ti ♥️
Los
héroes también lloran. Lloramos al salir del turno, lloramos entre
compañeras trabajando en primera línea de batalla, lloramos encerradas en casa cuando nos quedamos solas,
aisladas de nuestras familias. Normalicemos también sentirnos agotadas,
no solo físicamente, sino
también psicológicamente... Somos fuertes, mucho, pero cuando más cariño
necesitamos, cuando deseamos abrazar a los nuestros, es cuando más tenemos que
luchar esta guerra.
Tenemos
miedo, nervios, incertidumbre, tensión constante y mucha ansiedad. Miedo
de volver a casa y pensar que
hoy podemos ser una más la que esté contagiada y lo transmitamos a los nuestros.
Cada día es un turno más duro, y cada vez se siente más la impotencia. Hay veces que queremos gritar en
medio de una guardia de la impotencia porque esta pesadilla acabe ya...
Pero
luego les ves a ellos, a nuestros pacientes, sufriendo, sin sus familias y sin
poder comunicarse, mirándote asustados y te dan las gracias por cuidarles,
porque en estos momentos, somos la única persona a quien tienen. Cuando
recibes mil llamadas de familiares desesperados y les transmites fuerza, y les aseguras que están en
buenas manos hasta que se quedan más tranquilos. Y es entonces cuando
sacas fuerzas de donde ya no te quedan, cuando sacrificas estar expuesto a contagiarte,
cuando entras a la habitación con la mejor de tus sonrisas, aunque sea bajo
mascarillas, para hacer
que su día sea un poco menos duro, y para que su cuenta atrás para
volver a casa sea lo más pronto posible.
Y es
ahí cuando salgo de la habitación y me digo: nací para ser enfermera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios