Durante
una reunión Ingrid se tropezó y tuvo una pequeña caída, -le aseguró a todos que
estaba bien, (le ofrecieron llamar a los paramédicos). Ella dijo que sólo se
había tropezado con un ladrillo porque traía zapatos nuevos.
Le ayudaron a limpiarse y le dieron otro plato de comida.
Aunque se veía un poco sacudida, Ingrid siguió disfrutando el resto de la tarde. El esposo de
Ingrid llamó más tarde diciendo que a su esposa la habían llevado al hospital - (a las 6:00 p.m.
Ingrid murió.) Había
sufrido una embolia arterial en la reunión.
Es una interrupción repentina del flujo de sangre a un
órgano o parte del cuerpo debido
a un coágulo (émbolo).
Si la gente allí, hubiera sabido
cómo identificar las señales de un ataque, tal vez Ingrid estaría todavía en
este mundo. Algunos no mueren; sólo quedan incapacitados.
Los neurólogos dicen que si se atiende a una persona con embolia dentro de las siguientes tres horas después del ataque, se
pueden revertir –totalmente- sus efectos.
Dicen que lo importante es reconocer los
síntomas, diagnosticar y después mantener al paciente bajo cuidado médico por 3
horas, lo cual es difícil.
Reconociendo una embolia
Para reconocer la embolia, se deben tener en cuenta tres aspectos.
Ahora, los médicos dicen que cualquier espectador puede
reconocer una embolia haciendo 3 sencillas preguntas:
1 Pídale
a la persona que sonría para ver si su boca se tuerce o tiembla al sonreír.
2 Solicítele
hablar o decir algo sobre cualquier cosa (para probar su coherencia)
3 Pídale
que levante los dos brazos.
4 Pídale
que saque la lengua para ver si está torcida o se va para un lado o para
el otro, pues esto es una indicación de ataque.
Si el o ella tiene problemas con
cualquiera de estas tareas, llame a emergencias inmediatamente y describa los
síntomas al paramédico.
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