Esta posición de reposo
ayuda a controlar el mal humor.
Esta doctrina milenaria aporta claves para equilibrar la mente, el
cuerpo y la energía.
"Cuando una persona medita en forma correcta reduce la cantidad de
pensamientos que llegan al cerebro. Esto permite aumentar la concentración que
une al cuerpo, a la mente y al espíritu, y alcanzar el equilibrio".
Para lograrlo es necesario, primero, aprender a respirar bien, "si la mente y el cuerpo
se concentran solamente en inhalar y exhalar, profunda y pausadamente, se
reducen los niveles de estrés, que causan problemas físicos, dolores y
exacerban los síntomas de las enfermedades". Se conseja combinar la
respiración a conciencia con posturas que fortalezcan los músculos, relajen y
balanceen los pensamientos", dice.
Existen posiciones
básicas para flexibilizar y otras para tratar problemas de tiroides, pulmones,
hígado, estómago y hasta para bajar de peso, según su caso. Lo ideal es
practicarlas a diario, en la mañana y en la noche, durante 20 o 50 minutos en
un lugar cómodo y tranquilo.
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