En
general diremos que una carne está jugosa cuando mantiene un alto contenido en
agua (o en jugos) y su textura es blanda pudiendo partirse fácilmente con los
cubiertos y con los dientes. La carne se compone sobre todo de agua, cuya
pérdida queremos evitar, y de varios tipos de varios tipos de proteína que
tienden a ponerse duros cuando coagulan efecto que intentaremos minimizar.
Ambos efectos negativos podrían evitarse simplemente dejando la carne cruda,
pero el ser humano prefiere claramente la carne cocinada porque es más fácil de
digerir y porque además sabe más rica.
¿Qué hace que una carne sea potencialmente dura o tierna?
No descubrimos nada nuevo si
decimos que el primer factor es la edad del animal. La ternera no recibe ese
nombre por nada. Pero además no es lo mismo comer carne de una vaca de
dos años que de una mayor. A
mayor juventud, más ternura. Influyen también las razas, el estilo de vida y la alimentación que han
recibido los animales. No tengo ni sitio ni el conocimiento para meterme
en este mundo y me temo que sólo puedo dar un consejo: fíate de tu carnicero y
también del precio. En general una carne joven, de buena raza y con buena
crianza será más cara y al usarla los resultados serán en general (siempre hay
excepciones y comerciantes sin escrúpulos) mejores.
Tan
importante como la edad, es la parte de la vaca en cuestión. Más delante
hablamos del tipo de cocción que debemos aplicar en función de la pieza o el
corte de que estemos hablando. Pero aquí, una vez más nos dará la pista el precio,
pero no dudéis en decirle al carnicero lo que queréis hacer para que os
recomiende la pieza que mejor se adecúa.
Otro
factor que afecta de forma notable a la dureza es el reposo de la carne.
Otra vez, debéis pedir buena información de vuestro carnicero y si una carne no ha reposado en
nevera al menos 7 días, dadle vosotros ese reposo en casa.
Obviamente si ya os han cortado la carne en filetes, no es aconsejable esperar
mucho, pero si lo
que tenéis en una pieza grande, no pasa nada porque la tengáis varios días en
la nevera. Pensad que en algunos restaurantes de alto nivel se vende como algo extraordinario la
carne reposada hasta 3 meses. El exterior de la pieza se oscurece y reseca, pero una vez retirado
descubrimos un interior lleno de sabor y muy tierno.
¿Qué
tipo de cocción debo usar? Frita, asada, guisada, al vacío… no todas las
partes de la vaca son iguales y para cada una de ellas hay una técnica de
cocina que le va mejor. No es lo mismo el solomillo que
el morcillo. En España solemos
hablar de la calidad de los tipos de corte, siendo los de primera (solomillo, lomo, chuletas, cadera,
babilla) los más aptos para freír u hornear y los de segunda y tercera
(morcillo, falda, rabo, pescuezo) más adecuados para ser cocidos. Entre medias está la famosa
aguja que se ha usado tradicionalmente para todo. La regla científica
parece indicar que las piezas muy ricas en colágeno se cocinan mejor guisadas
(cocidas en agua) dado que el colágeno tiende a acabar ablandándose con la
cocción prolongada. Es el caso del morcillo (o jarrete). Las piezas con menos colágeno y
buen contenido en agua son ideales para freír o asar como el solomillo o el lomo.
¿Cuándo
salar la carne que vamos a freír? El hecho de que esta pregunta reciba
respuestas diferentes dependiendo del cocinero con el que hablemos parece
darnos una pista sobre la verdad. Da lo mismo. Da lo mismo ponerla antes de
freírla o después. Simplemente no hay tiempo para que se produzca un
intercambio notable de líquidos por ósmosis no da tiempo a que las sales
penetren en el corazón del filete. Y si tenéis dudas, haced la prueba que es
sencillo: salad la mitad de los filetes antes y la otra mitad después y veréis
que no hay diferencia notable. Ojo, que estamos hablando de freír como se debe,
es decir, a alta
temperatura y poco tiempo.
Si
hablamos de asados, en mi opinión ocurre lo mismo y los datos de varios
experimentos lo confirman. Da igual. Ni por echar la sal antes se va a secar la
carne ni tampoco va a hacer que la parte interior se sale.
En cambio si hablamos de guisos, sí es aconsejable salar el agua (o el caldo)
al principio porque en este caso sí vamos a conseguir que la sal penetre en la
carne dándole un sabor más homogéneo.
¿Hay
forma de ablandar la carne? Sí, hay bastantes formas de ablandar la
carne y algunas de ellas muy "tradicionales". Estoy pensando en la técnica de golpear la carne
con un mazo (o como mi abuela con una piedra lisa). Funcion, sin duda y
hace que un filete potencialmente correoso acabe siendo blandito. El problema
de este método es que los golpes que en efecto acaban rompiendo la fibra dura
de la canr, también hace que se desjugue más rápidamente. Si vamos a hacer
escalopes, es decir, filete
empanados, entonces es una técnica muy recomendable dado que el pan
rallado y el huevo evitarán que la carne se seque demasiado.
Además
de lo métodos mecánicos, existen métidos químicos. En cocinista tenemos ablandador de carne que usa unas
encimas que destruyen el tejido interno. También podríamos usar el ablandador por excelencia que es
la piña (o el zumo de piña) y si no nos gusta el sabor que deja la piña,
podremos utilizar vino
(tinto mejor que blanco). En todos los casos, hemos de dejar que el agente ablandador actúe
durante varias horas en la nevera. Además, hemos de tener en cuenta que sólo se ablandan los primeros
milímetros de la superficie de la carne por que lo estos productos no se
pueden usar con piezas grandes de carne que se quedarían tienras por fuera y duras por dentro.
¿A qué temperatura debemos cocinar? Si vas a freír la carne, hazlo a
alta temperatura. Además de conseguir un maravilloso dorado, perderemos
menos líquidos lo que nos
dará una carne más jugosa. Una sartén “caliente” es una sartén con el aceite humeante pero no
quemándose, es una sartén de grandes dimensiones para que cuando se
añada la carne no se enfríe bruscamente. Y si la sartén no es grande y no
almacena mucho calor, evitad
entonces poner mucha carne a la vez. Sólo conseguiremos que se enfríe la
sartén y que se nos desjuguen los filetes. En cambio, si vamos a guisar la carne, mejor a baja
temperatura. Si, entre 60 y 65 grados. Y durante bastante tiempo, entre
1 y 3 horas. Con esto
conseguiremos “derretir” una gran parte del colágeno y evitaremos en
endurecimiento de otras proteínas presentes en la carne. Y si vamos a
asar, pues podemos elegir. Yo prefiero la cocción lenta y luego darle a la
pieza un “golpe de sartén” para caramelizar la superficie de la carne y
conseguir ese sabor tan rico. Y cocinar al vacío nos da un mejor control de la temperatura (se
mete la carne en una bolsa de vacío y esta se sumerge en un baño de agua
caliente). Es sin duda mi técnica preferida y al final, la remato siempre con
un buen golpe de sartén para dorar en cuestión de segundos el exterior de la
pieza.
¿Se
puede añadir jugo a la carne? Sí, se puede meter jugo a presión en un trozo de
carne usando una jeringuilla adecuada. Es una técnica un poco burda y
trabajosa pero funciona. Otra cosa que podemos y debemos hacer, es dejar que
repose una carne que hemos guisado. Al ir reduciéndose la temperatura, la carne
reabsoberá parte del jugo perdido. Con 10 minutos de paciencia y de espera
podemos recuperar hasta un 20% de los jugos perdidos. Esto sólo funciona, como
he dicho, en carnes guisadas, es decir cocinadas en líquido abundante.
No,
dorar no sella. Comprobado y confirmado: dorar en sartén un trozo de carne que
vamos a asar no va a hacer que este pierda menos jugos. Esto no quiere
decir que no haya que dorar. Como hemos dicho, vale la pena crear esa capa
dorada en la carne por su sabor. Pero eso se puede hacer en sartén después de asar o en el propio horno
dándole a la carne un “golpe de grill”.
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