Ante
el vertiginoso y cada vez más creciente despertar de la consciencia que estamos
viviendo en los últimos años, nos percatamos del poder que tiene nuestra mente,
y de que lo que pensamos y sentimos resulta tan poderoso, que es capaz de
modificar nuestras células y nuestro estado físico en general, produciendo
malestar, enfermedades y situaciones conflictivas en nuestra vida.
Sabemos que nuestro cuerpo está formado por una comunidad
de aproximadamente 50 billones de células, y cada una de éstas células podría
ser el equivalente a un mini ser humano biológica y funcionalmente hablando. Se
nos ha hecho creer que estos individuos celulares ya vienen programados en sus
genes y tienen su destino predeterminado, que somos “unas victimas de la
herencia familiar”, y que inevitablemente sufriremos los mismos males que
aquejaron a nuestros padres, abuelos o bisabuelos.
Enfermedades
como el cáncer, la diabetes, el alzheimer entre otras estarán predeterminadas e
inevitablemente alojadas en nuestro destino si nuestros antepasados lo
padecieron, por lo tanto se refuerza con este concepto la posición de
“Víctimas”, así como el hecho de NO hacernos responsables por nosotros mismos y
caer en la actitud de resignación ante lo “inevitable”.
Si bien es cierto que tenemos cargas genéticas de
nuestros antepasados, y que pueden definir nuestro destino, la nueva noticia
que no conocíamos, es que todos nosotros los humanos, tenemos el PODER de
cambiar nuestro destino a nuestro favor!
Derribando
el Mito
A finales del año 1980, comenzó un proyecto científico
llamado “Proyecto del Genoma Humano”, en el cual los científicos empezaron a tener una visión totalmente
diferente de la vida y el funcionamiento del cuerpo humano. Esta investigación
revolucionó y sacudió los cimientos de la medicina y la biología de esa época,
convirtiendo la fundación en una nueva rama científica conocida como Control
Epigenético, el cual reveló
que los humanos ya no somos más “las víctimas” de un destino previamente
escrito, sino “los amos” de nuestros mundo.
Los
genes no controlan la vida, la vida está controlada por algo que está por
encima de los genes. Este conocimiento de cómo la vida funciona nos
provee el elemento más importante en nuestra búsqueda por el poder propio.
Como
Funcionan Nuestras Células en Realidad
Se ha descubierto que las células de nuestro cuerpo están
en constante observación de nuestros pensamientos, al mismo tiempo que se van
modificando de acuerdo a éstos pensamientos. Por ejemplo, si tenemos una etapa
en nuestra vida donde nos ataca la depresión, inmediatamente se verá afectado
nuestro sistema inmunológico, e inmediatamente caeremos en cama con una virosis
fuerte. ¡Es algo
automático!. Al
estar deprimidos, proyectamos la tristeza a todas las partes de nuestro cuerpo,
y la producción de neurotransmisores del cerebro se altera, el nivel de
nuestras hormonas varía, los receptores neuro-pepticos en la superficie externa
de las células de nuestra piel se ve modificada, las plaquetas de la
sangre se vuelven más viscosas y muy propensas a formar grumos, nuestro ciclo
de sueño se ve interrumpido, ¡y
hasta los trazos químicos de nuestras lágrimas resultan diferentes a los de las
lágrimas por alegría!
Si por el contrario, intentamos serenarnos, ver las cosas buenas de la vida,
la parte positiva de cada acontecimiento que sucede, nuestro sistema inmune se
irá fortificando de manera increíble!
Ya
para nadie es un secreto que la alegría y la actividad en armonía nos aporta
una salud óptima y nos prolonga la vida. Vivir recordando alguna situación negativa o triste de
nuestra vida, sólo logrará que nuestras células liberen las hormonas y las
sustancias biológicas que destruyen nuestro cuerpo, al igual que el estrés.
Nuestras células están procesando constantemente sin
descanso todas nuestros pensamientos y experiencias, metabolizandolas de
acuerdo con nuestra visión personal de vida.
Detente
y revierte tu propia enfermedad
Una vez que estemos conscientes de que toda enfermedad
puede ser revertida por nuestros pensamientos y actitudes ante la vida,
dejaremos de sentirnos víctimas del universo y comenzaremos a tomar el control
sobre nosotros mismos. Todo nuestro perfil bioquímico se modificará
drásticamente cuando cuando encontremos paz y tranquilidad en nosotros mismos. Estos hechos científicamente
comprobados, confirman la gran necesidad de utilizar la consciencia para crear
los cuerpos físicos que realmente necesitamos.
Nuestro
proceso de envejecimiento será efectivamente neutralizado día a día con
nuestros pensamientos positivos. Bien lo dijo Shakespeare en su
personaje: “Estamos hechos de la misma materia que la de los sueños”. Recuerda
lo que pensaste y sentiste ayer si hoy te sientes mal. Si queremos saber cómo
estará nuestro cuerpo mañana, debemos observar con detenimiento cómo nos hemos
expresado hoy, y qué sentimos y pensamos hoy!.
Al
expandir nuestra mente y nuestro corazón, evitaremos que un cirujano lo haga
por nosotros. Tenemos el poder de curar nuestro cuerpo, ya que la enfermedad la
creamos nosotros mismos sin darnos cuenta.
En
realidad podemos transformarlo todo mediante el pensamiento: Ya sea
nuestra composición biológica, como lo que nos sucede a diario en nuestro andar
por el planeta tierra.
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