LO QUE EL CORAZÓN QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA
Esta es una
entrevista al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía
General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School
y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para
el Avance de la Ciencia.
Lo que el corazon quiere, la mente se lo muestra,
hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora
también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida
han creado y crean continuamente nuestro mundo.
"Hoy
sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la
capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal
del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se
inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para
solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el
sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón
quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente
Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y
la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las
personas.
¿Conclusión?
Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí
misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.
- ¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que
existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser
humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma
de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma
sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy
profundos.
- ¿De qué se
trata?
-Se ha
demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento
negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis
horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy
sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.
- ¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la
memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra
capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del
cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.
- ¿Tenemos
recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un valioso
recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración
abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el
cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y
mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos
pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación,
y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado.
Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la
respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
- ¿Dice que no
hay que ser razonable?
-Siempre
encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y
esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo
queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más
importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la
mente se lo acaba mostrando.
- Exagera.
-Cuando nuestro
cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta
realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.
- Más
recursos...
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha
podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas
que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente
personas con transtornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su
estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas
enfermedades.
- ¿Podemos
cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramon
y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente
que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal:
"Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio
cerebro".
-¿Seguro que no
exagera?
-No. Según cómo
nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian
nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el
proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.
- ¿Hablamos de
filosofía o de ciencia?
-Las palabras
por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los
núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales.
Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir
esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor
coronario pueden reducirse un 80%.
- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la
verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según
estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93%
del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort,
tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos.
Para crecer hay que salir de esa zona.
- La mayor parte
de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos
según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la
espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber
preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del
poder que tiene el entrenamiento de la mente.
- Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su
integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos
físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
- Ver lo que hay
y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no
somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo
de la transformación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios