Dennis Charney investiga en
el Hospital Monte Sinaí, en la ciudad de Nueva York, la resiliencia o capacidad
de superar los golpes.
Un día salía de una tienda de alimentos y recibió un balazo de un exempleado insatisfecho.
Pasó cinco días en terapia intensiva y tuvo una recuperación difícil.
“Después de 25 años de
estudiar la resiliencia, yo mismo tuve que ser resiliente”.
Lo dice en su libro sobre ese poderoso valor.
Esa cualidad es
como un músculo emocional que puede fortalecerse de varias maneras en cualquier
momento antes de las crisis.
Es la actitud de confiar,
no rendirse y practicar el optimismo. No es ignorar la realidad de una situación
difícil o una pena.
Después de la pérdida de un fracaso mucha gente se siente derrotada y
piensa: “es lo peor, todo
se acabó”.
Un optimista siente el golpe pero dice con esperanza: “Es un aprendizaje y con fe, con
pasión y con Dios todo estará bien paso a paso”.
Cuida tu fe, ten
pensamientos positivos, recuerda tus triunfos y rodéate de gente positiva porque eso en verdad
te ayuda
Observa lo negativo que te dices a ti mismo y cuestiónalo. Superarse no
es fácil, requiere
práctica, pero puedes escribir de otro modo tu historia.
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