No te rindas como nunca lo
hizo el pintor español Goya, 1746-1828, quien padeció de sordera, cólicos
abdominales y molestos vértigos.
No fue nada fácil para él asumir sus muchas limitantes, pero lo hizo con ánimo y nos
dejó valiosas obras.
La sordera de un pintor tan especial hizo que se abriera la primera aula para sordos en España.
Pero Goya no ha sido el único artista superado, también lo fueron
Tolouse Lautrec y Pierre Auguste Renoir en Francia.
Lautrec salió adelante a
pesar de su cuerpo contrahecho y su baja estatura de solo 1,52 metros.
Lástima que su vida bohemia
y desordenada, además del alcoholismo, deterioraron su salud.
Renoir siguió pintando en su edad adulta, soportando una seria artritis reumática con
terribles dolores.
Pintaba desde su silla de
ruedas con un pincel amarrado al dedo que ya no podía manejar; tanto amaba su
oficio.
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