LA COLOMBIA QUE TODOS QUEREMOS

Queremos ciudadanos concientes que el cambio no se producirá cuando llegue un mejor Alcalde, o un mejor Gobernador, o cuando se acabe la corrupción en el congreso o cuando llegue el Presidente indicado.

La Colombia que queremos llegará cuando nosotros como pueblo y como materia prima del País seamos concientes de la necesidad de cambiar y proponernos la construcción de un futuro mejor para nuestras familias y para las futuras generaciones.

Cuando tengamos el valor de denunciar y condenar la viveza de unos pocos.

Cuando denunciemos ante las autoridades militares y ante la Administración de impuestos a aquellos que se enriquecen de la noche a la mañana a costa de negocios extraños.

Cuando cada de los ciudadanos uno cumpla a cabalidad su deber de formar una familia basada en el amor, la educación y el respeto a los demás. Que infunda buenos hábitos como la lectura sana.

Cuando la gente aprenda que la honradez también es no tomar como propio aquellas cosas que han sido olvidadas por los demás y que es obligatorio tratar de buscar al dueño de cosas extraviadas y que tampoco es honesto quedarse con el dinero cunado el vendedor olvida cobrar. Esa viveza también es equivalente a robar.

Cuando los empleados que trabajan para el estado reconozcan que la papelería, los utiles de las oficinas y hasta el mismo tiempo del trabajo que desempeñan es pagado por todos los colombianos y deben trabajar a conciencia, dando lo mejor de si, porque se les ha encomendado una tarea que está al servicio de todos y su misión es servir a los demás ya dar buen ejemplo.

También hay que denunciar cosas tan simples como el que roba la señal de TV del vecino, o toma una señal de wifi que no le pertenece para navegar por Internet, o el que copia música y videos o fotocopia libros, por evitar el pago de los derechos de autor.

Es importante que todos elaboremos la declaración de renta a conciencia, y paguemos lo justo para que el gobierno pueda cumplir su labor. No pueden ser bien vistas las artimañas que hace la gente para evitar el pago de impuestos.

La impunidad tiene que ser castigada.

Los Gerentes de las Empresas tiene que pagar lo justo a sus empleados y se deben comprometer a formarlos para que se puedan desempeñar bien en cualquier empresa del País.

No puede ser bien visto al que arroja basuras al piso, o la arruma en las calles, o al que destruye la naturaleza y mucho menos la deforestación desmedida y la tala de árboles.

Donde ocupar un cargo público sea el orgullo de la comunidad y exista el compromiso de cuidar y multiplicar los recursos públicos buscando rentabilidad social.

Un País donde el futbol vuelva a ser el verdadero y sano esparcimiento de la mayoría y se acaben las barras bravas.

Donde los dirigentes y los gobernantes no tengan salarios exorbitantes y que trabajen al menos las mismas horas que el resto de la población.

Donde se condene la falsificación de documentos, las licencias de tránsito y los certificados de estudio ilegales.

Una sociedad que sea basada en el buen ejemplo, tal como ceder el puesto del bus a señoras y a ancianos, ayudar a pasar la calle a los minusválidos.

Cuando los conductores de los vehículos respeten al peatón y sepan respetar las cebras, las zonas escolares y los semáforos como debe ser y cuando los motociclistas sepan conducir debidamente y sin atropellar.

Cuando la gente comience a reconocer la labor de sus gobernantes y a criticarlos cuando existan razones justas.

Condenar al que fabrica marquillas y elabora productos piratas.

Cuando los jóvenes y niños dejen copiar en los exámenes y los profesores comiencen a pensar que su misión es enseñar y educar y esto no es a costa de reprimir y castigar.

Cuando cada uno ocupe en la sociedad el puesto que le corresponde con calidad humana y sea la persona que Colombia necesita.

Somos la materia prima de un país envidiable, que tiene muchas cosas buenas para mostrar.

Somos los suficientemente inteligentes para saber que vamos por el camino equivocado y que somos capaces de componer el rumbo.

Cada uno de nosotros debe hacerse el firme propósito de cambiar, porque no vamos cambiar si no queremos y si no nos convencemos que es necesario hacerlo.

No mas paros de maestros que solo están dando mal ejemplo a los niños y agravando el problema, no mas bloqueo de carreteras que nos están perjudicando a todos. El cambio debe surgir desde el mas humilde de los habitantes, pero tiene que hacerse notar en nuestros dirigentes.

También necesitamos del compromiso de los colombianos que viven en el exterior para que no piensen mas que este es un país de delincuentes y narcotraficantes. Cada Colombiano en el exterior debe convertirse en embajador de este País y lo minimo que se le exige es que se comporte y que hable bien de este País.

Ya han sido mas de 50 años de guerrilla y 30 de narcotráfico. Debemos abrir nuevas posibilidades de desarrollo de la nación.

A los dueños de los medios de comunicación y a los productores de Cine y TV les queda la responsabilidad de comenzar a hacer películas y documentales sobre la parte positiva de Colombia y dejar aun lado toda esa crónica roja que vende y que cada vez nos hunde mas.

Cuando comencemos a pensar que los artistas, pintores, músicos, artesanos y deportistas son personas indispensables en nuestra sociedad.

Cuando vuelvan a sonar en los medios las canciones de la música Colombiana.

Cuando seamos capaces de ver a nuestros países vecinos como a nuestros hermanos de sangre, caminando juntos en la misma dirección hacia la justicia y el progreso independientemente de los gobernantes de turno.

Cuando la guerrilla entienda que no es secuestrando y matando como se logra llegar al poder sino que hay un camino propio de un país democrático para poder llegar a formar parte del gobierno.

Cuando comencemos a mostrar al mundo que tenemos productos propios y que este país es de una riqueza inmensa.

Recuperaremos la paz cuando la sociedad castigue toda forma de violencia, incluso el maltrato a los animales.