A todos nos preocupan ciertas cosas de vez en
cuando. Pero algunos no logramos dejar de esperar siempre lo peor, aunque las
posibilidades de que esto ocurra sean muy bajas. Esto es lo que se conoce como
"preocupación crónica".
Aparte de incidir muy negativamente en nuestra vida social y profesional, la preocupación crónica puede llevar a problemas de ansiedad más graves. Se trata de una condición que puede afectar nuestro desempeño en los más variados ámbitos, incluyendo nuestra carrera profesional.
Vivimos en una era de preocupaciones. Todos sentimos que el peligro nos acecha en cada esquina. Y hasta nos preocupamos de cuánto nos preocupamos.
Los preocupados crónicos sufren de síntomas físicos como dolores de cabeza, dolores de espalda, problemas estomacales e insomnio.
1.- Entender la preocupación: Cuando nos preocupamos, siempre nos enfocamos en el futuro; en algo no ha sucedido pero que puede suceder.
2.- Comprométase: Comprometerse a cambiar y apegarse a dicho compromiso es esencial para el éxito. Por tanto, comprometerse es el paso más importante para administrar sus preocupaciones. Pero debe asumir compromisos realizables. Eliminar la preocupación por completo es un objetivo imposible que nos llevará a un fracaso seguro. Lo cierto es que la vida está llena de preocupaciones. Pero sólo es un problema cuando esta es persistente, está fuera de control o es improductiva. Piense en los objetivos que quiere lograr y escríbalos en un cuaderno.
3.- Aprenda a relajarse: Su sistema nervioso consiste en un acelerador (el sistema simpático) y un freno (el sistema parasimpático). Si usted se preocupa mucho, su pie estará constantemente en el pedal del acelerador, lo que le causará una serie de síntomas poco placenteros. Relajarse es una destreza que se debe aprender.
4.- Cambie su pensamiento: Cuando la gente se siente ansiosa en ausencia de una amenaza inmediata, está haciendo inferencias falaces sobre sí misma, los demás y el mundo. A veces se tienen distorsiones cognitivas como "sobreestimar una amenaza" o "creer que podemos leerle la mente a otra persona".
5.- Reaccione de otro modo: Los comportamientos relacionados con la preocupación, como los preparativos excesivos, revisar constantemente y creer en las supersticiones, pueden reducir la ansiedad y hacerlo sentirse mejor momentáneamente. Sin embargo, a la larga, mantienen la preocupación.
6.- Acepte la incertidumbre: Intolerar la incertidumbre juega un gran papel en las preocupaciones. Las personas que sufren de preocupación asumen, por lo general, que el resultado de la incertidumbre será malo y, por tanto, exige certidumbre. Es como si no hubiera sorpresas positivas en la vida.
7.- Administre su tiempo: Ciertas investigaciones han demostrado que desarrollar las destrezas para administrar el tiempo reduce la preocupación. Hay suficiente tiempo para terminar las tareas, lograr los objetivos y hacer lo que usted quiera.
8.- Comuníquese asertivamente: Quienes se preocupan creen que las necesidades de los demás son más importantes que sus necesidades. Mientras que esto sirve para evitar los conflictos o el desacuerdo con los demás, también puede llevar a la frustración. La asertividad significa expresar nuestros derechos personales y respetar los de los demás.
9.- Enfrente sus preocupaciones: Evitar las preocupaciones o tratar de no pensar en las mismas puede resultar en un aumento de las preocupaciones o de la ansiedad. Por el contrario, trate de encarar las preocupaciones. Haga una lista de sus preocupaciones y Jerarquícelas.
10.- Conozca los medicamentos: Muchos medicamentos para reducir la ansiedad han sido aprobados por el gobierno. Los medicamentos tienen ventajas y desventajas, que deben ser evaluadas dependiendo de la situación. Siempre debe consultar a su médico antes de adoptar un tratamiento.
Una vez que haya logrado disminuir sus preocupaciones, es preciso:
- Mantener los logros
- Aprender a detectar rápidamente cuando regresa la preocupación
- Saber identificar preocupaciones improductivas.
Aparte de incidir muy negativamente en nuestra vida social y profesional, la preocupación crónica puede llevar a problemas de ansiedad más graves. Se trata de una condición que puede afectar nuestro desempeño en los más variados ámbitos, incluyendo nuestra carrera profesional.
Vivimos en una era de preocupaciones. Todos sentimos que el peligro nos acecha en cada esquina. Y hasta nos preocupamos de cuánto nos preocupamos.
Los preocupados crónicos sufren de síntomas físicos como dolores de cabeza, dolores de espalda, problemas estomacales e insomnio.
1.- Entender la preocupación: Cuando nos preocupamos, siempre nos enfocamos en el futuro; en algo no ha sucedido pero que puede suceder.
2.- Comprométase: Comprometerse a cambiar y apegarse a dicho compromiso es esencial para el éxito. Por tanto, comprometerse es el paso más importante para administrar sus preocupaciones. Pero debe asumir compromisos realizables. Eliminar la preocupación por completo es un objetivo imposible que nos llevará a un fracaso seguro. Lo cierto es que la vida está llena de preocupaciones. Pero sólo es un problema cuando esta es persistente, está fuera de control o es improductiva. Piense en los objetivos que quiere lograr y escríbalos en un cuaderno.
3.- Aprenda a relajarse: Su sistema nervioso consiste en un acelerador (el sistema simpático) y un freno (el sistema parasimpático). Si usted se preocupa mucho, su pie estará constantemente en el pedal del acelerador, lo que le causará una serie de síntomas poco placenteros. Relajarse es una destreza que se debe aprender.
4.- Cambie su pensamiento: Cuando la gente se siente ansiosa en ausencia de una amenaza inmediata, está haciendo inferencias falaces sobre sí misma, los demás y el mundo. A veces se tienen distorsiones cognitivas como "sobreestimar una amenaza" o "creer que podemos leerle la mente a otra persona".
5.- Reaccione de otro modo: Los comportamientos relacionados con la preocupación, como los preparativos excesivos, revisar constantemente y creer en las supersticiones, pueden reducir la ansiedad y hacerlo sentirse mejor momentáneamente. Sin embargo, a la larga, mantienen la preocupación.
6.- Acepte la incertidumbre: Intolerar la incertidumbre juega un gran papel en las preocupaciones. Las personas que sufren de preocupación asumen, por lo general, que el resultado de la incertidumbre será malo y, por tanto, exige certidumbre. Es como si no hubiera sorpresas positivas en la vida.
7.- Administre su tiempo: Ciertas investigaciones han demostrado que desarrollar las destrezas para administrar el tiempo reduce la preocupación. Hay suficiente tiempo para terminar las tareas, lograr los objetivos y hacer lo que usted quiera.
8.- Comuníquese asertivamente: Quienes se preocupan creen que las necesidades de los demás son más importantes que sus necesidades. Mientras que esto sirve para evitar los conflictos o el desacuerdo con los demás, también puede llevar a la frustración. La asertividad significa expresar nuestros derechos personales y respetar los de los demás.
9.- Enfrente sus preocupaciones: Evitar las preocupaciones o tratar de no pensar en las mismas puede resultar en un aumento de las preocupaciones o de la ansiedad. Por el contrario, trate de encarar las preocupaciones. Haga una lista de sus preocupaciones y Jerarquícelas.
10.- Conozca los medicamentos: Muchos medicamentos para reducir la ansiedad han sido aprobados por el gobierno. Los medicamentos tienen ventajas y desventajas, que deben ser evaluadas dependiendo de la situación. Siempre debe consultar a su médico antes de adoptar un tratamiento.
Una vez que haya logrado disminuir sus preocupaciones, es preciso:
- Mantener los logros
- Aprender a detectar rápidamente cuando regresa la preocupación
- Saber identificar preocupaciones improductivas.
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