Cuando
estamos receptivos al amor, parece que la vida se ve de otro color, parece que
todo tiene más luz y que todo es más fácil de llevar a cabo.
Cuando se inicia una nueva relación debe ser por los motivos
correctos.
Mucha gente inicia una relación por motivos equivocados:
poner fin a la soledad, llenar un vacío, conseguir amor o tener a alguien a
quien amar; y estos son los mejores motivos. Otros lo hacen para tranquilizar
su ego, acabar con sus depresiones, mejorar la vida sexual, recuperarse de una
relación anterior, o para aliviar el aburrimiento.
Ninguno
de estos motivos funcionará, a menos que con el tiempo tenga lugar algún cambio
drástico, la relación no saldrá bien.
Para que una relación dure haz de iniciar la relación con un
objetivo consciente.
Tanto tú como tu pareja debéis estar de acuerdo en el
objetivo. Si comprendéis que el objetivo de vuestra relación es crear una
oportunidad, no una obligación, una oportunidad de crecimiento, de subsanar cualquier
falso pensamiento o idea que hayas tenido, en lugar de los compromisos que has
asumido hasta ahora, la relación se habrá iniciado con buen pie.
Sin
embargo esto no garantiza el éxito.
Ya sabes que vendrán pruebas y momentos difíciles, no los evites,
dales la bienvenida, agradécelos. Esfuérzate por no ver a tu pareja como tu
enemigo, como la oposición.
Recuerda
que los problemas son oportunidades y que si los miras como tal saldrán los dos
favorecidos.
Recuerda que el amor está ahí para unirnos incluso cuando
vienen los problemas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios