FLUYE EN EL AMOR SIN LÍMITES.

El amor es un río que fluye sin fronteras ni límites. Es una corriente que no entiende de barreras ni de obstáculos. Se desliza con suavidad, abrazando todo a su paso, nutriendo y transformando cada corazón que se sumerge en su caudal.

A veces, tendemos a encajonar el amor, a delimitarlo con reglas y expectativas. Pero el verdadero amor, el amor auténtico, es un torrente libre, una fuerza que desborda los confines de lo conocido y se aventura hacia lo desconocido.

Fluir en el amor sin límites implica abrir las compuertas del corazón y permitir que este sentimiento trascienda los confines del egoísmo y el temor. Es amar sin condiciones, sin esperar recompensas ni reconocimientos, simplemente entregándose con la plenitud del ser.

Es un amor que no conoce restricciones, que no se contiene por miedos o prejuicios. Es capaz de abrazar la diversidad, de comprender las diferencias y de ver la belleza en la multiplicidad de formas que adopta.

Fluir en el amor sin límites implica dar sin esperar recibir, escuchar sin juzgar, comprender sin imponer. Es un acto de generosidad incondicional, un regalo que se ofrece sin reservas ni restricciones.

Este amor sin límites nos invita a ser compasivos, a ser empáticos, a tender la mano sin importar el color, la religión o la procedencia. Nos anima a construir puentes en lugar de levantar muros, a encontrar la unidad en la diversidad.

REFLEXION

¡Ánimo, Abre tu corazón al amor y la alegría, el perdón, la paz y la esperanza.

Elige bucear en tu interior y conéctate con lo esencial, con Dios que siempre mora en tu íntimo ser.
Deja el ruido o las carreras, siéntate en un lugar apacible, cierra tus ojos, respira varias veces y medita sereno.

Haz las paces con el ayer, sana las heridas emocionales y disfruta la paz que nace del perdón generoso

Vive amándote y amando al Padre y a los demás con total entrega y generosidad.

Ama a Jesús, José y María, porque ellos te señalan el sendero de una fe firme en Dios y una bondad desmedida.

Hazlo y te sentirás tan pleno que te será fácil aceptar incluso al que hace daño en la inconsciencia.

Serénate, ora y sigue el sagrado impulso de compartir con los que carecen de lo mínimo.