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¿COMO HABLAR BIEN EN PUBLICO?


Los esquemas tradicionales de comunicación evolucionan con el tiempo y con la idiosincrasia propia de cada civilización. Hoy, el discurso de los grandes retóricos griegos, maestros de su época, no sólo carecería del interés que suscitaba por aquel entonces, sino que incluso nos aburriría hasta extremos insoportables.

En este sentido, se ha producido un cambio significativo para adaptarse a una época como la actual, cuando todo se mueve a ritmo de reloj y la televisión marca la pauta no sólo de lo que sabemos, sino también de cómo se nos comunica.

Lo más importante, pese a todo, sigue siendo empezar despertando el interés del auditorio. No basta con que una persona esté presente, sino que debemos conseguir interesarla en nuestras palabras. Y para eso nada mejor que hablarle de ella misma.

Las primeras palabras deben responder a la pregunta que todos los asistentes se estarán formulando: "¿Qué estoy haciendo aquí?". Aclarar el tema sobre el que va a hablar, hacer una presentación personal muy breve si no ha sido introducido por un presentador, y agradecer a los asistentes su presencia y a la organización el haber sido invitado, completarán esta etapa introductoria que no debe ocupar más del 10 o 15 % del tiempo.

Es muy frecuente utilizar una anécdota para romper el bloqueo inicial y despertar la simpatía del público, pero en todo caso debe ser una historia que se relacione con el tema a tratar y debe estar bien contada. Hay personas que no saben contar historias o que no tienen la gracia natural necesaria, y en esos casos el resultado será peor que obviar esta parte.

La brevedad es el requisito más importante. Una introducción excesivamente larga aniquilará cualquier posibilidad de despertar el interés de los asistentes. Ellos estarán allí para escuchar cosas sobre un tema que les interesa, pero no sobre el currículum o la infancia del ponente.

Cuando, lo antes posible, se entra en materia propiamente dicha, debe hacerse de forma ordenada y lógica. Deben incluirse todos los conceptos necesarios y ordenarse a partir de un mismo criterio, que pueden ser sus características, su cronología, su importancia, etc.

Esta parte del discurso debe ocupar entre un 70% y 80% del tiempo disponible, y en base a ello se debe decidir la cantidad de conceptos que van a incluirse. No se recomienda memorizar la exposición, y de ningún modo limitarse a leerla, pero sí es imprescindible haberla preparado antes.

Es mejor utilizar frases cortas y palabras concisas. También es imprescindible modular la voz para reforzar las ideas y evitar las monótonas letanías. No debe permitirse que la voz baje al final de las frases, que es precisamente cuando debe reforzar la idea que se comunica.

Si el orador está sentado, debe mantenerse erguido para hacer llegar su voz al auditorio; si está de pie debe mantener una pierna adelantada, el pecho bien destacado y la espalda recta.

Hay que intentar evitar hacer gestos o tics que delaten el nerviosismo, por otro lado normal. Mantener la vista en los papeles, el suelo o el techo es una de las pruebas más frecuentes. En su lugar, la vista debe dirigirse a los ojos de los asistentes.

Se supone que el orador es un experto en la materia, por lo que se espera escuchar su visión personal. Es importante aportar toda la información necesaria, utilizando apoyos visuales como gráficos, imágenes o datos, con la profundidad que requiera la especialización del auditorio.

No se trata de aportar todos los datos disponibles, sino únicamente los necesarios para cumplir los objetivos de la exposición. Una charla introductoria para profanos en la materia no requiere, ni le conviene, profundizar tanto en los detalles como una conferencia en un simposio de expertos.

Lo más importante en una conferencia es controlar el tiempo. Puede ser útil preparar algunos párrafos relacionados con el tema pero no imprescindibles, que luego puedan ser suprimidos, si se hace tarde, sin alterar el conjunto de la exposición

En una reunión de trabajo es necesario preparar los temas que se van a tratar estudiando el orden del día. El tono es informal, pero debe respetarse la jerarquía.

Al rebatir una idea aportada por uno de los asistentes hay que mirarlo directamente, pero también mirar a los demás para lograr su apoyo inconsciente. No debe personalizarse la crítica hacia una persona, sino en todo caso a un departamento, y menos aún si no está presente.

En un debate hay que hablar con firmeza y ser directo: la palabra cambia tan rápido de persona que si no se concreta se termina por no decir nada. Es necesario dominar el tema con profundidad y disponer de datos y cifras que nos apoyen, aunque sin abusar de ellas.

Aunque el ambiente suele caldearse, conviene hablar con tolerancia hacia las opiniones ajenas y comportarse con la mayor corrección, no interrumpiendo a los demás participantes.

Para terminar el esquema teatral clásico "Introducción-Nudo-Desenlace", que los expertos consideran el más adecuado para estructurar una exposición, se cerrará la actuación con un rápido resumen en una o dos frases y una propuesta concreta que sea conclusión de la información aportada.

Esta última parte, para la que se recomienda de nuevo no sobrepasar el diez o quince por ciento del tiempo, es la única que se recomienda memorizar para garantizar su brevedad y concisión.

Sólo si se domina suficientemente el tema, puede abrirse una breve ronda de preguntas. Es necesario controlar que no se alarguen demasiado, y para esto lo mejor es poner un plazo por anticipado. También es importante no hacer respuestas demasiado largas, o la paciencia del público se acabará definitivamente.

Vivimos una época de velocidad y rapidez donde el bien más preciado es el tiempo. Nadie nos perdonará ocupar el suyo si no le aportamos nada a cambio, con lo que adquiere nueva importancia el viejo refrán "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".


Sugerencias para hablar en publico
  • La comunicación en el mundo profesional consiste en lograr que algo suceda, sacando provecho de la oportunidad que brinda una exposición oral.
  • La información que se desea comunicar, debe estar dirigida a la obtención del objetivo.
  • Otro paso fundamental es conocer con exactitud, que necesitan las personas de su discurso y el conocimiento disponen del tema que usted va a tratar.
  • Establecido el objetivo y la evaluación del conocimiento del publico sobre el tema, se debe lograr un mensaje que sirva de apoyo al objetivo y los contenidos.
  • El mensaje es aquello que el orador pretende que los participantes de la exposición recuerden. El mismo ayuda a organizar el contenido y deben tener coherencia entre si.
  • "Adquiere el hábito de hablar pronto, claro, breve, y con determinación.."Emil Cue.
En definitiva la exposición oral tendrá un mensaje, apoyado por un contenido y enfocado a su objetivo.


FORMAS DE PRESENTACIÓN : Se puede partir del mensaje para llegar al contenido o presentar el contenido para arribar al mensaje. Mientras contemple los ítem básicos resulta indistinto.

En el mensaje es conveniente identificar las ideas principales, es beneficioso que las mismas estén bien definidas y sean pocas, así le resultara al auditorio fácil recordarlas.

Las ideas principales se pueden subdividir en subtemas y detalles.


MÓDULOS DE TIEMPO : Definido el tema, su mensaje, las ideas centrales y los detalles de la exposición. Se debe prestar atención a los tiempos que se le dedicara a cada información, de acuerdo a su importancia.

Secuencia : En los auditorios donde se presentan productos o equipos industriales que aportan ventajas productivas por disminución de costos o aumento de producción, es muy conveniente enunciar la secuencia Problema - Causa - Solución , este esquema corre de un tema al otro y es muy sencillo de seguir, siendo útil para mensajes persuasivos.

Anécdotas, analogías y humor: Bien utilizados pueden complementar una introducción al discurso, y conseguir sintonía con el mismo. 


LA VOZ.
La voz se origina en la respiración, examinemos el proceso.

Cuando los pulmones toman el aire, los músculos intercostales que se encuentran entre las costillas se contraen y las costillas se elevan. El diafragma se contrae, provocando un leve desplazamiento de los órganos abdominales y una expansión de la parte superior del mismo. La cavidad toráxica se expande y el aire ocupa el lugar vació. Durante la exhalación del aire, los músculos se relajan y vuelven a la posición inicial, mientras el aire es expulsado de los pulmones.

Esto tiene mucha importancia, pues cuando inhalamos, el diafragma y otros músculos se contraen; cuando exhalamos se distienden y vuelven a la posición de descanso.

Es decir que la inhalación produce tensión y la exhalación genera relajación.

Este proceso esta estrechamente ligado a la emisión de la voz, al producirse en la exhalación. Las cuerdas vocales de la laringe vibran con el pasaje del aire, produciendo un sonido.

La voz, al producirse durante la exhalación, y esta coincide con la relajación física muscular, el hecho de hablar es equivalente a relajarse.

La tensión existente en cualquier lugar del cuerpo puede interferir en la voz, siendo que la tensión mas habitual, se produce en los músculos que rodean el cuello y la garganta.

La relajación del tórax y la respiración correcta son esenciales para lograr una voz enérgica y eficaz.

La rigidez en el tórax y el abdomen, imposibilita la inspiración profunda, que se necesita para comunicar energía a la voz.

Por lo que en situaciones de habla, ES INDISPENSABLE UNA RESPIRACIÓN CORRECTA.

Es importante para complementar la respiración , la articulación , es decir el acto de convertir en palabras los sonidos. La buena articulación depende de como se abre la boca y mantener relajada la mandíbula.

Se resume los pasos básicos para obtener una buena exposición verbal.
  • RELAJACIÓN : Es indispensable por estar íntimamente relacionado con la emisión de la voz.
  • INHALE : Su respiración es el origen de su voz.
  • ARTICULE : La energía de la voz proviene de la articulación.
  • HAGA PAUSAS : Las pausas proporcionan energía y conciencia de los oyentes.
  • PROYECTE : Emita la voz hacia adelante, hacia los oyentes

Miedo a hablar en público "Tus límites están definidos por el acuerdo que has hecho acerca de lo que es posible. Cambia este acuerdo y podrás disolver el límite...".
Wayne W. Dyer

La gente presenta miedo a hablar en público por varias razones, que incluyen el miedo a las críticas, el miedo al fracaso, el miedo a que la gente les observe, la ignorancia del tema a tratar y también les preocupan las posibles reacciones del auditorio. Para mucha gente, tal ansiedad está basada en la falta de experiencia, o pueden haber visto a colegas o a otras personas dando charlas en público con poco éxito y tienen miedo de que les ocurra lo mismo, otros pueden haber tenido experiencias desagradables en intentonas previas. En todos ellos, la ansiedad puede crear la suficiente tensión como para garantizar el fracaso sin una intervención apropiada.

El aspecto esencial de la intervención es planificar. Además de valorar el contenido del tema y las limitaciones de tiempo, también debe considerarse por quién está formado el auditorio. Es bueno practicar preparando cortas charlas para familiarizarse con la exposición.

Un temor frecuente es olvidar lo que uno iba a decir. La tentación suele ser escribir abundantes notas (quizá palabra por palabra) a las que se pueda recurrir. El proceso de clasificar las notas mientras se habla puede interferir con la fluidez de la presentación y puede distraer al auditorio. De acuerdo con ello, el tema debe ser leído tranquilamente unas cuantas veces para después resumirse en una única hoja de papel con los puntos de interés subrayados en colores brillantes para una fácil identificación. De igual manera, ya que en los primeros minutos se establece el temor perdurable de la charla, las frases iniciales deben memorizarse y ensayarse hasta conseguir una charla fluida.

Un desastre completo y un efecto "memorable" pueden suceder mediante la utilización ansiosa del humor, es especial si el auditorio está compuesto de extraños. Una regla básica es evitar siempre el humor hasta que el tema sea completamente familiar y pueda irse desarrollando con confianza y flexibilidad y la audiencia conozca ya al conferenciante. ¡ Es mejor tener un aspecto serio que ridículo!

Otra parte importante de la preparación adecuada es identificar los componentes somáticos y cognitivos de la ansiedad y hacer las intervenciones apropiadas.

Cuando se da una charla en público, mover los pies nerviosamente, jugar con las manos, lápices o papeles o mantener los ojos rígidamente fijos en las notas que se utilizan son signos de falta de confianza y de competencia. Hay que mantener una postura relajada y confiada. El sujeto (orador) debe elegir a unas cuantas personas distribuidas, aproximadamente, a la misma distancia en la sala y mirarlas de forma pausada y sin rodeos mientras va dando la charla. En este sentido, la atención se dirige a toda la sala.

Las preguntas pueden proporcionar una preocupación considerable en el angustiado conferenciante. Con cada tema preparado como tarea para hacer en casa, es también útil que el paciente prepare posibles cuestiones que, razonablemente se puedan presentar. Esto incrementa la confianza del conferenciante en el conocimiento del tema y le permite ensayar de forma eficaz para cuando se presenten preguntas dificultosas. Así, si no conoce la respuesta, puede practicar diciendo que no la conoce sin que ello le cause embarazo innecesario o sorpresas poco agradables, mientras da la impresión de que tiene la confianza suficiente como para admitir que tiene algunas lagunas sin ningún reparo.

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