(I have a dream - Martin Luther King)
Tengo un sueño,
un solo
sueño,
seguir
soñando.
Soñar
con la libertad
soñar
con la justicia
soñar
con la igualdad
y ojalá ya no tuviera
necesidad de soñarlas.
Soñar a
mis hijos
grandes
sanos felices
volando
con sus alas
sin
olvidar nunca el nido.
Soñar
con el amor
con
amar y ser amado
dando todo sin medirlo
recibiendo todo sin pedirlo.
Soñar
con la paz
en el mundo
en mi país
en mi
mismo,
y quién
sabe
cuál es
más difícil
de
alcanzar.
Soñar
que mis cabellos
que ralean y se blanquean
no
impiden que mi mente
y mi corazón
sigan
jóvenes
y se animen
a la aventura,
sigan
niños
y
conserven la capacidad
de
jugar.
Soñar
que
tendré la fuerza,
la voluntad
y el
coraje
para
ayudar
a
concretar mis sueños
en lugar de pedir por milagros
que no merecería.
Soñar
que
cuando llegue al final
podré decir
que
viví soñando
y que
mi vida
fue un
sueño soñado
en una
larga
y
plácida noche
de la eternidad.
Tengo un sueño,
UNA REFLEXION DE Martin Luther King
¡Que se cumpla tu sueño!
Hermanos y hermanas, tengo un sueño: un sueño arraigado en las fértiles tierras de la esperanza, donde los hijos e hijas de todas las razas y colores de piel puedan coexistir en paz y armonía, unidos por los lazos de la fraternidad y la justicia.
Sueño con un mundo donde la segregación racial sea solo un mal recuerdo, donde las cadenas de la discriminación se hayan roto y donde el canto de la libertad resuene en cada rincón de la tierra.
Un mundo donde el color de la piel no defina el destino, donde el odio no tenga cabida y donde el amor sea el faro que guíe nuestros pasos.
Sueño con un futuro donde la igualdad brille como el sol, donde la justicia fluya como un río caudaloso y donde la dignidad humana sea la piedra angular de nuestra sociedad.
Un futuro donde la educación sea accesible para todos, donde la pobreza no sea una condena y donde la oportunidad florezca en cada corazón.
Sueño con una sociedad donde la violencia sea reemplazada por el diálogo, donde la comprensión sea la base de la convivencia y donde la paz reine en cada hogar.
Un mundo donde los niños y niñas puedan crecer sin miedo, donde la esperanza sea su escudo y donde sus sueños puedan volar tan alto como el águila más audaz.
Hermanos y hermanas, este es mi sueño, un sueño que comparto con ustedes, con la humanidad entera. Un sueño que puede convertirse en realidad si todos unimos nuestras fuerzas, si levantamos nuestras voces y si luchamos con valentía por un mundo más justo y equitativo.
No será un camino fácil, habrá obstáculos y desafíos, pero estoy convencido de que, con la fuerza de nuestro espíritu y la unión de nuestros corazones, podemos superar cualquier adversidad y alcanzar la tierra prometida de la igualdad y la justicia.
¡Juntos podemos hacer realidad este sueño! ¡Juntos podemos construir un mundo mejor para nuestros hijos y para las generaciones venideras!
¡Que se cumpla tu sueño! Que cada uno de ustedes encienda la llama de la esperanza en su interior y que la pasión por un futuro mejor sea el motor que los impulse a seguir adelante.
Recuerden que el cambio comienza en uno mismo. Que la transformación del mundo reside en la transformación de cada individuo. Que la construcción de una sociedad más justa y equitativa depende del compromiso y la acción de cada uno de nosotros.
¡No se rindan! ¡No pierdan la fe! ¡Luchen por sus sueños con determinación y perseverancia! ¡Porque en el fondo de sus corazones reside la fuerza y la capacidad para cambiar el mundo!
¡Que Dios los bendiga a todos!
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