Pudor
(del latín pudor), es un concepto que la Real Academia Española define como
sinónimo de honestidad y de recato.
Según
la concepción de Aristóteles y Tomás de Aquino, la falta de pudor se asocia on
falta de vergüenza.
Otros filósofos lo consideran una forma de
proteger la intimidad de cada individuo, e incluso existe una tercera postura
que sostiene que es un prejuicio.
El
pudor es un concepto de los humanos, inexistente en otros animales.
El pudor es un sentimiento que lleva a ocultar lo que no se
quiere que se vea, especialmente en materias sexuales.
El
pudor, entendido como sentimiento de recato y de vergüenza, en lo que se
refiere a la esfera sexual, representa un elemento fundamental de la
personalidad.
El
pudor puede definirse como "la vigilante conciencia que defiende la
fidelidad y el amor conyugal".
El
pudor es un sentimiento profundo, "ligado a la encarnación del
espíritu" y como una especie de "envoltura...
puesta por la naturaleza en torno a los sentimientos”
El pudor es un “mediador de la unidad del alma
con el cuerpo"
El
pudor es cierto sentimiento de vergüenza o de arrepentimiento; pero el pudor y
la vergüenza no coinciden, y el primero, a diferencia de la segunda, aparece más
estrechamente vinculado con la interioridad de la persona.
En el siglo xv, fue la que podemos llamar
"libertina". El
pudor sería sencillamente "una invención del amor y del placer
refinado". "Al velo con que el mismo pudor cubre las bellezas
de una mujer es a lo que el mundo debe la mayor parte de sus placeres".
Cuando
falta el pudor, "el deseo pierde toda aquella vivacidad que llevaría
consigo la curiosidad".
"Allí
donde falta el pudor, la belleza se degrada, mientras que, por el contrario, en
los pueblos donde el pudor coloca un velo entre el deseo y la desnudez, este
velo misterioso es el talisman que tiene al amante junto a su amada"
El
pudor es esencialmente artificial y entra en la esfera de lo irracional, y por
consiguiente de lo "religioso", en este sentido seductivo.
El pudor aparece necesario para mantener la
libido dentro de unos límites compatibles con la conservación de la especie,
pero su necesidad es de tipo negativo y su función se reduce esencialmente a la
del gendarme
El
pudor es la refutación más penetrante de las tesis de S. Freud.
El pudor es el sentimiento con función
inhibidora de la libido en nombre de una absoluta e ilimitada libertad sexual.
El
pudor no es una defensa, sino en una sustancial repulsa del ser.
La
exposición a las miradas de los demás nos revela el pudor y se convierte así en
una culpa que no puede rescatar ninguna fuerza, ni siquiera el amor sexual.
El
sentido del pudor es una "revelación del ser" en el pensamiento
contemporáneo
El pudor se convierte más que en una relación
con el otro, en una relación de la persona consigo misma, aunque sea a través
de la mediación del otro
Aquello de lo que se avergüenza el hombre es
más importante que el hecho material de avergonzarse.
El objeto del pudor sexual no es el hecho
exterior de la unión de dos seres humanos, sino el sentimiento profundo y
universal de este hecho.
El
pudor es el revelador del ser.
El pudor revela a la personalidad sus raíces
más profundas.
El
pudor revela una doble tendencia: a la apertura de la persona al otro y al
repliegue de la persona sobre sí misma.
El
pudor "es un retroceder mezclado con cierto temor, pero su gesto protege
más que repele.
El pudor se manifiesta precisamente en este
abrirse a los demás, en un encontrarse con los demás que quiere ser total, de
persona a persona, y que se niega, por tanto, a asumir la forma exclusiva de la
corporeidad.
El pudor es la negativa a presentarse a los
demás.
El
pudor o la vergüenza moral expresa el hecho de que entre mi naturaleza corpórea
social objetiva y mi existencia no hay identidad... El hombre podría ser
definido como un ser capaz de avergonzarse. Yo tengo
vergüenza, luego existo.
El
pudor ayuda a ver la socialidad como relación entre personas, el exhibicionismo
la reduce a relación entre una persona convertida en mirada y otra persona
convertida en puro objeto de la mirada.
La falta de pudor resta ánimos al deseo
directo de captar, más allá de las apariencias exteriores del otro, la
interioridad de su vida personal.
El pudor, constituye una invitación a buscar
el misterio oculto en el ser, más allá del cuerpo y juntamente con él.
El
pudor construye; la falta de pudor rompe el equilibrio entre la persona y el
cuerpo.
El
pudor atañe a la relación del hombre consigo mismo, con los demás y con el
mundo; de aquí se deriva su importancia ética y su valor.
En
el amor auténtico, el pudor no se niega, sino que se supera al realizarse.
Donde
hay amor cesa el pudor; pero al mismo tiempo, donde hay amor el pudor se afina
y madura.
El pudor es una "reserva" de
intimidad, de secreto, de fuerza, generador de fuerza espiritual, y como tal,
sobre todo en los años de formación de la personalidad, "el baluarte más
seguro de la vida moral"
Si
el pudor es fuerza, el impudor es debilidad, espiritual y hasta metafísica.
La finalidad de toda educación en el pudor
consiste en hacer a la persona capaz de entregarse al otro en el amor conyugal.
El
pudor se relaciona con el amor, y no sólo con el amor sexual, hasta llegar a
formar un elemento esencial e insustituible del mismo, de modo que sin pudor no
hay amor.
El pudor sabe ocultar al otro el ser profundo
de la persona, hasta el momento en que cada uno se siente amado y aceptado en
su totalidad, y no sólo en su propia corporeidad.
Pudor es una palabra que hace referencia al
recato, la modestia, la vergüenza y la honestidad. En la antigüedad, el término
también se usaba para nombrar al mal olor, pero dicha acepción ha quedado en
desuso.
La experimentación del pudor no es igual en
todas las personas. Los sujetos más recatados sentirán pudor por diversas
cuestiones que, en otros casos, no generarían vergüenza o incomodidad. Una
determinada vestimenta o un cierto comentario son ejemplos de cosas que pueden
dar pudor a algunos y resultar indiferentes a otros. Un hombre que habla sobre
su vida sexual frente a una gran cantidad de personas no tiene pudor.
El
pudor pierde su razón de ser y queda asumido en el plano del amor: de un amor
que nace de la intimidad ya que "el amor ama el misterio, el amor ama el
silencio"
El
pudor es un "comedimiento del alma", en el que hay que poner de
relieve "su carácter natural y profundamente humano".
El
pudor es un mecanismo instintivo, propio de la castidad, que protege con la
vergüenza la intimidad sexual. Evita todo tipo de excesos
y peligros morales en materia sexual.
El pudor es un muro protector de la pureza que
ayuda a evitar excesos y peligros morales de todo tipo en materia sexual.
Aunque el pudor es instintivo, también es
necesario aprender ya desde pequeños para que se sepa apreciar y guiar
correctamente.
El
pudor consiste en ocultar los valores sexuales pero es también una forma de
provocar el amor
El
pudor es un mecanismo de protección ante la posibilidad de convertirnos en
instrumentos de placer.
El pudor es una defensa ante el peligro de que
alguien me pueda poseer sin que yo lo quiera.
La persona está llamada a provocar amor; si
este amor se provoca simplemente por el atractivo físico es un sentimiento
quebradizo que desaparecerá cuando se disuelva ese atractivo.
El pudor no significa autoencerrarse ni tiene
nada que ver con despreciar el cuerpo; no oculto el cuerpo porque éste sea
vergonzoso.
El pudor es dominar el propio ser para una
donación incondicionada, para abrirse a la otra persona. El pudor permite
entregar en exclusiva algo muy valioso y que no es del dominio público.
Las
formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra.
Sin embargo, en todas partes constituye la intuición de una dignidad espiritual
propia al hombre.
Educar
en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la
persona humana
El
pudor no indica miedo irracional a exponer el cuerpo. Supone
mas bien respeto a lo más personal del hombre.
Pudor
no es miedo al cuerpo desnudo, sino respeto a su gran dignidad. ¡Glorificad a Dios con vuestro cuerpo!.
REFLEXIONES DE UN SACERDOTE SOBRE EL PUDOR
El pudor es una virtud que se arraiga en el corazón y el espíritu, guiando nuestras acciones y comportamientos hacia la pureza y el respeto. Como cristianos, estamos llamados a vivir con modestia y sencillez, alejándonos de la vanidad y el exhibicionismo que nos alejan de la humildad y la dignidad.
El pudor nos invita a cuidar de nosotros mismos y de los demás, velando por la integridad de nuestros cuerpos y almas. Nos enseña a apreciar la belleza interior y a valorar el misterio de la vida, reconociendo la presencia de Dios en cada ser humano.
Desde una perspectiva de fe, el pudor es un reflejo de la imagen de Dios en nosotros. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo, y debemos cuidarlo y respetarlo.
El pudor nos ayuda a evitar la tentación y a protegernos de la impureza. Nos impulsa a vestirnos de manera modesta y a comportarnos con decoro, evitando acciones o palabras que puedan incitar a la sensualidad o al libertinaje.
El pudor también es un signo de madurez y de dominio propio. Una persona pudorosa es capaz de controlar sus emociones y de expresar su sexualidad de manera responsable y respetuosa con los demás.
La Iglesia nos enseña que el pudor es una virtud importante para todos los cristianos, tanto hombres como mujeres. Debemos cultivarlo desde la infancia, enseñando a los niños a cuidar su cuerpo y a vestirse de manera decente.
El pudor nos ayuda a vivir una vida más santa y más cercana a Dios. Cuando vivimos con pudor, damos testimonio de nuestra fe y contribuimos a crear un mundo más puro y más casto.
En un mundo que a menudo exalta lo superficial, el pudor es un faro de luz que nos recuerda la importancia de vivir en armonía con los valores del Evangelio, cultivando relaciones basadas en el amor y la reverencia. Que el Señor nos conceda la gracia de vivir con pudor, buscando siempre Su voluntad y Su gloria.
Gracias POR SU ARTICULO LAVERDAD QUE ME LLEGO JUSTO QUE ESTABA BUSCANDO INFORMACION SOBRE ESTE TEMA. ME AYUDAO A CLARA ALGUNAS DUDAS.
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