Aversión
a la comida, abatimiento, insomnio, irritabilidad, inquietud... Estos son
algunos de los síntomas que caracterizaban lo que la medicina griega llamaba
melancolía. Hoy en día, más del 10% de la población sigue sufriendo estos
síntomas. Depresión, de acuerdo con la Medicina moderna.
Es la segunda causa de baja laboral.
Aunque gran parte de la población
experimentará síntomas depresivos en algún momento de su vida, lo que se conoce
como "depresión clínica" se produce cuando los síntomas se prolongan durante más de dos semanas.
Tristeza, llanto
frecuente, inutilidad, odio, culpabilidad, dificultades para concentrarse,
problemas de sueño, falta de energía y de apetito, fatiga... El cuadro es más
frecuente en mujeres.
Existen
diversos grados (leve, media y grave), pero cuando los
especialistas hablan de "depresión" suelen refieren a la depresión
mayor.
Se considera que el afectado sufre un
trastorno depresivo grave cuando al menos cinco de los síntomas anteriores
duran más de dos semanas. Este
cuadro clínico suele prolongarse al menos seis meses y puede incrementar el
riesgo de suicidio.
Además de la depresión grave, otros trastornos
en el estado de ánimo son la distimia (una depresión más leve pero crónica), la
depresión atípica (acompañada de síntomas inusuales, como alucinaciones), el
trastorno adaptativo con síntomas depresivos y la depresión crónica.
Tratamiento
Aunque actualmente se diagnostican más
depresiones entre la población, también se tratan mejor. Las expectativas de
estos pacientes han cambiado en las últimas décadas gracias a la aparición de
los modernos antidepresivos (encabezados
por el popular Prozac y otros fármacos de su familia, los llamados inhibidores
selectivos de la recaptación de la serotonina). Posteriormente, han
surgido nuevos fármacos (como los inhibidores de noradrenalina y serotonina o
los de la noradrenalina), además de los antidepresivos clásicos, como los
tricíclicos o los IMAO, que se siguen utilizando.
A
la hora de optar por un medicamento u otro, el especialista valorará los
efectos secundarios de cada uno de ellos y la situación de cada paciente.
Además del tratamiento farmacológico, la
depresión puede tratarse
con psicoterapia, ya sea mediante una entrevista o conversaciones en
grupo en las que el paciente cuenta sus problemas y es ayudado por un
profesional (psicólogo o psiquiatra).
El
médico puede optar por combinar fármacos y psicoterapia o
basarse únicamente en una de estas opciones, en función de cada caso. La
psicoterapia sola suele emplearse en los pacientes más leves.
Independientemente de si se necesita una u
otra opción, los expertos
insisten en que la clave es reconocer cuanto antes el problema y la necesidad
de tratamiento médico. Cuanto antes se haga el diagnóstico y se inicie
la terapia adecuada, mayores serán las probabilidades de éxito.
Causas
Todavía no están muy claras las bases
biológicas de esta enfermedad. Se sabe que las personas deprimidas presentan
alteraciones en algunos neurotransmisores cerebrales (las sustancias que
utilizan las neuronas para comunicarse entre sí). De hecho, muchas personas sufren depresión tras alguna
alteración en la bioquímica del organismo, como después del parto, a
consecuencia de algunas enfermedades o por el consumo de drogas o ciertos
fármacos.
En otros casos, este trastorno cuenta con
antecedentes familiares o se produce a raíz de algún suceso traumático o
cambios importantes en la forma de vida o situación familiar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios