Google Ads

UN ESPEJO ROTO QUE APARENTA BRILLO.

 

Ese hombre que tú ves tan elegante,

con su sonrisa impecable

y su voz que seduce a los ingenuos,

no es lo que aparenta.

Yo lo conozco.

Lo viví.

Lo lloré.

 

Detrás de sus modales y su perfume caro,

hay un alma vacía,

una colección de inseguridades

envuelta en trajes de ego.

Un conquistador de apariencias.

Un maestro del engaño emocional.

 

Dice que ama, pero no sabe cómo.

Quiere poseer, no compartir.

Es galante de fachada,

pero cruel en la intimidad.

Te hace sentir que no eres suficiente

cuando en realidad, él

no está completo.

 

Es de esos hombres que hablan mucho

pero escuchan poco.

Que regalan flores

para disfrazar sus espinas.

Que se llenan la boca de promesas

que nunca pensaron cumplir.

 

Y tú, que lo miras con ilusión,

detente.

Míralo bien.

Que no te deslumbren sus gestos ni sus palabras.

No confundas atención con amor,

ni galantería con bondad.

 

Porque ese hombre —sí, ese mismo—

no es más que un necio vestido de príncipe,

un caprichoso en cuerpo de caballero,

un vendaval de celos sin motivos

y afecto a cuentagotas.

 

Soportable como amigo.

Insufrible como amor.

 

Y ojalá lo entiendas antes de que tu corazón

se convierta en ruinas decoradas

por las manos de un hombre

que solo sabe hacer sufrir.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, escriba aquí sus comentarios

Gracias por su visita.

EnPazyArmonia