Reflexión de un amor que no se rinde.
Decir “te quiero”
no basta si no lo respalda
el alma.
Las palabras, sin raíz en
el corazón,
se las lleva el viento,
como hojas secas de otoño.
Porque un “te amo” sin
actos
es solo ruido disfrazado de
ternura.
Yo no quiero frases vacías,
quiero verdades que
tiemblen,
que duelan si no se dicen,
que abracen cuando se
pronuncian.
Mi amor no se ahoga,
aunque lo sumerjan en el
silencio.
No se apaga,
aunque la distancia lo ponga a prueba.
No es un juego.
No es pasajero.
No tiene final.
Está hecho de fuego…
pero no quema.
Está hecho de sueños…
aunque a veces duela.
Porque amar es reír sin
razón,
y llorar sin querer.
Es apostar todo
sabiendo que no hay garantías.
Es vivir o morir…
pero contigo.
Y por eso hoy,
no te pido promesas,
ni eternidades,
ni cuentos de hadas.
Solo te pido una verdad
simple
y brutal:
¿Quieres ser mi amante?
No el amante de una noche,
sino el de un alma que
elige,
que sueña, que lucha.
¿Quieres ser mi refugio,
mi guerra,
mi paz,
mi canción,
mi locura?
Porque yo…
ya decidí vivir,
o morir…
pero contigo.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios