Toda existencia es
una suma de gozos y desdichas, aciertos y errores,
conquistas y fracasos, luces y sombras.
Poco a poco, si vamos a lo esencial, entendemos que “el lado
negativo” es necesario para acrisolarse, crecer y madurar.
La tierra es una
escuela y acá vino el espíritu en un cuerpo a aprender las exigentes lecciones
del amor.
Todo sucede para
algo y tú solo puedes practicar perdón si te ofenden,
desapego si sufres pérdidas y tolerancia ante las diferencias.
Únicamente creces en
aceptación cuando algo te cuesta mucho, avanzas en fortaleza ante crisis agudas y en
paciencia si te tallan.
Dios no envía
pruebas y, antes de tomar un cuerpo, el espíritu ya
programó con Dios lo esencial de la vida.
Así lo hizo Jesús y no fue casual que naciera en un pesebre o muriera en
una cruz. Era parte de su hermosa misión.
Tu reto es descubrir
tu misión y vivirla con amor. Eres libre para aprender
con amor o con dolor. Elige
bien y sé fiel a lo que planeaste con Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios