• EJECUCIÓN. El éxito no depende tanto de las elecciones estratégicas como de la
buena implantación. La cualidad más crítica de los gerentes es la capacidad de
poner las ideas en acción. Hay que mirar todo el proceso, encontrar pequeñas
maneras de mejorar cada parte de éste en forma individual, aplicar realmente
esas mejoras, monitorear los resultados para evaluar la eficacia, y luego
repetir el proceso.
• LA ORGANIZACIÓN QUE APRENDE. La organización que aprende es la que fue deliberadamente diseñada para estimular a sus integrantes a pensar, innovar, colaborar, hablar con franqueza, mejorar sus capacidades y asumir un compromiso personal con el futuro colectivo, y de ese modo incrementar la ventaja competitiva de la firma en el largo plazo. Para obtener una ventaja competitiva es necesario desarrollar la capacidad de aprendizaje de la gente.
• VALORES CORPORATIVOS. Las compañías que se preocupan por la ética, la confianza, el buen comportamiento de sus empleados como ciudadanos, e incluso por la espiritualidad en el lugar de trabajo, se desempeñan mejor en el mercado que las que sólo se interesan por el dinero.
• GESTIÓN DE LAS RELACIONES CON EL CLIENTE. Cultivar relaciones de largo plazo con los consumidores, y ser conscientes de sus necesidades, genera compañías altamente enfocadas, que tratan a sus clientes como a parientes. Después de 30 años de insistir en que “el cliente está primero”, numerosas empresas siguen ignorando sus necesidades, y no les brindan una experiencia que fortalezca su relación con la marca o con la compañía.
• TECNOLOGÍA DISRUPTIVA. La innovación tecnológica altera radicalmente los mercados porque socava a las compañías existentes, que son más vulnerables porque su oferta se adapta rígidamente a las necesidades de sus clientes actuales. Hay que abandonar la zona de comodidad y adoptar una tecnología disruptiva, antes de que otros lo hagan.
• DESARROLLO DEL LIDERAZGO. No se conforme con nombrar a la “gente indicada en las posiciones claves”, cuando podría capacitar a todos sus empleados para que tomen mejores decisiones y sean mejores estrategas y, en definitiva, mejores líderes. Las compañías pueden ser más responsables y eficaces si se dedican inteligentemente al desarrollo del liderazgo en un grupo lo más amplio posible de sus colaboradores.
• ADN ORGANIZACIONAL. Los líderes deben diseñar las estructuras de una organización, incentivos, distribución de toma de decisiones, relaciones jerárquicas y flujos de información- y alinearlas entre sí y con los objetivos estratégicos, para inducir un alto desempeño.
• TRANSFORMACIÓN BASADA EN LA ESTRATEGIA. Más allá de la reingeniería, esta transformación es el rediseño de los procesos y las estructuras organizaciones, y el cambio cultural consiguiente, que permitirán alcanzar los objetivos estratégicos de la empresa. Todas las actividades de la compañía deben estar alineadas con su estrategia.
• TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD. Los mercados y las empresas son sistemas complejos que pueden controlarse mecánicamente, pero a veces es posible anticipar el orden que emerge de ellos. Comprender en qué forma evolucionan los sistemas complejos ayuda a los gerentes a intervenir y actuar con mayor eficacia.
• PENSAMIENTO MAGRO. Este tipo de innovación en los procesos y management es ejemplificado por el sistema de producción de Toyota. Los empleados se valen de un mayor conocimiento del flujo de trabajo y de las necesidades de la demanda para reducir el desperdicio, eliminar costos y mejorar la calidad.
• LA ORGANIZACIÓN QUE APRENDE. La organización que aprende es la que fue deliberadamente diseñada para estimular a sus integrantes a pensar, innovar, colaborar, hablar con franqueza, mejorar sus capacidades y asumir un compromiso personal con el futuro colectivo, y de ese modo incrementar la ventaja competitiva de la firma en el largo plazo. Para obtener una ventaja competitiva es necesario desarrollar la capacidad de aprendizaje de la gente.
• VALORES CORPORATIVOS. Las compañías que se preocupan por la ética, la confianza, el buen comportamiento de sus empleados como ciudadanos, e incluso por la espiritualidad en el lugar de trabajo, se desempeñan mejor en el mercado que las que sólo se interesan por el dinero.
• GESTIÓN DE LAS RELACIONES CON EL CLIENTE. Cultivar relaciones de largo plazo con los consumidores, y ser conscientes de sus necesidades, genera compañías altamente enfocadas, que tratan a sus clientes como a parientes. Después de 30 años de insistir en que “el cliente está primero”, numerosas empresas siguen ignorando sus necesidades, y no les brindan una experiencia que fortalezca su relación con la marca o con la compañía.
• TECNOLOGÍA DISRUPTIVA. La innovación tecnológica altera radicalmente los mercados porque socava a las compañías existentes, que son más vulnerables porque su oferta se adapta rígidamente a las necesidades de sus clientes actuales. Hay que abandonar la zona de comodidad y adoptar una tecnología disruptiva, antes de que otros lo hagan.
• DESARROLLO DEL LIDERAZGO. No se conforme con nombrar a la “gente indicada en las posiciones claves”, cuando podría capacitar a todos sus empleados para que tomen mejores decisiones y sean mejores estrategas y, en definitiva, mejores líderes. Las compañías pueden ser más responsables y eficaces si se dedican inteligentemente al desarrollo del liderazgo en un grupo lo más amplio posible de sus colaboradores.
• ADN ORGANIZACIONAL. Los líderes deben diseñar las estructuras de una organización, incentivos, distribución de toma de decisiones, relaciones jerárquicas y flujos de información- y alinearlas entre sí y con los objetivos estratégicos, para inducir un alto desempeño.
• TRANSFORMACIÓN BASADA EN LA ESTRATEGIA. Más allá de la reingeniería, esta transformación es el rediseño de los procesos y las estructuras organizaciones, y el cambio cultural consiguiente, que permitirán alcanzar los objetivos estratégicos de la empresa. Todas las actividades de la compañía deben estar alineadas con su estrategia.
• TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD. Los mercados y las empresas son sistemas complejos que pueden controlarse mecánicamente, pero a veces es posible anticipar el orden que emerge de ellos. Comprender en qué forma evolucionan los sistemas complejos ayuda a los gerentes a intervenir y actuar con mayor eficacia.
• PENSAMIENTO MAGRO. Este tipo de innovación en los procesos y management es ejemplificado por el sistema de producción de Toyota. Los empleados se valen de un mayor conocimiento del flujo de trabajo y de las necesidades de la demanda para reducir el desperdicio, eliminar costos y mejorar la calidad.
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