No tienes que comprar
regalos en los almacenes para estar mucho mejor y alcanzar la felicidad y la
plenitud.
Tu vida se llena de luz y paz si te das el regalo de relajarte y meditar todos los días, al menos unos treinta minutos.
La forma más sencilla es sentarte en un lugar sereno, cerrar los ojos, aflojar tu cuerpo y ser consciente de tu respiración.
Enfoca la mente volátil en el acto de inhalar y exhalar haciendo una pausa.
Visualiza hermosos paisajes.
No forcejees con la mente si llegan otros pensamientos, los dejas pasar y perseveras tranquilo en sintonía con Dios.
Poco a poco la mente se calma y entonces identificas las sensaciones de tu cuerpo y liberas emociones atoradas.
En oriente meditar ha ayudado a millones por siglos a ser personas más amorosas, espirituales y armónicas.
Tienes que crear un hábito porque solo así se logra lo mejor.
Tiempo tienes de sobra si lo
distribuyes bien.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios