Un buen padre de familia
llegó con sus dos niños a la entrada de un circo y allí leyó en la taquilla:
Entrada a 40 dólares.
Niños menores de ocho años entran hoy gratis.
El papá pidió al dependiente tres
tiquetes.
Este miró hacia abajo a los pequeños y le dijo: Señor, ¿me puede decir qué edad tiene el menorcito?
Bueno, Jonathan cumplió ocho años hace un mes y la mayorcita es María
Laura y tiene ya nueve años.
Señor, si me hubiera dicho que los dos tienen ocho años, yo no lo hubiera notado y se habría ahorrado un buen dinero.
Tiene razón, usted no lo habría notado, pero ellos sí hubieran notado mi mentira y los estoy educando para que sean honestos.
Ojo, tus hijos le dan valor a lo que tú haces, no a lo que les dices cuando eres incoherente.
El ejemplo no es el mejor modo de educar bien a tus hijos, es el único, y los modela y los forma bien o mal.
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