Todos los seres humanos deseamos sentir la calidez
de un buen abrazo, eso demuestra afecto, cercanía, cariño, confianza. Las
empresas exitosas deben prepararse para producirlos en sus clientes.
Así de simple,
las empresas de todos los tamaños tienen que conseguir abrazar a sus clientes y
hacerlo permanentemente, con pasión, alegría, decisión, con la satisfacción de
quien siente la sonrisa de gratitud que encierra un buen abrazo.
La cultura del
abrazo es un método simple y solo requiere que se permita a los empleados de
todos los niveles, desde el más alto hasta el menos importante entregar a los
clientes en cada contacto una sonrisa cómplice que denote voluntad de servir,
una decisión que genere satisfacción, una palabra que muestre interés genuino,
un acto que anuncie claramente la voluntad para ayudar a resolver las
inquietudes.
Al igual que el abrazo entre los seres humanos, una
empresa puede producir en sus contactos con los clientes una sensación de
abrazo protector, cómplice, de confianza, de afecto, de disculpa o perdón.
· Abrazo protector. Es el que permite al cliente sentir que su proveedor está permanentemente
a su disposición, que entiende la gravedad de sus requerimientos, urgencias o
necesidades. Cuando un cliente desea la atención a una solicitud de soporte
técnico urgente y el proveedor acude en su ayuda de inmediato, sin dilaciones y
disculpas; el cliente siente inmediatamente la protección de él y de quien lo
atendió.
· Abrazo cómplice. Cuando el proveedor evita molestias al cliente que está frente a él, o
cuando entiende que el error cometido por el cliente no es grave y
perfectamente lo entiende y disculpa rogándole que no vuelva a cometerlo. Está
asegurando que el cliente se sienta abrazado con complicidad por su proveedor.
Existe un abrazo cómplice cuando se permite la atención prioritaria a las
personas con discapacidad, mujeres embarazadas, personas de edad avanzada,
personas con urgencia manifiesta, etc.
· Abrazo de confianza. Se presenta cuando el cliente denota que el proveedor no duda de sus
palabras, ni le hace exigencias que lo desmotiven en la colocación de su
requerimiento. Cuando el proveedor no lo envía a solicitar su retiro a sitios
lejanos o lo atiende en horarios inusuales. Cuando previa comprobación de la
veracidad de las afirmaciones, acepta lo que el cliente dice y dándole la razón
le hace los descuentos o le cambia la mercancía.
· Abrazo de afecto. Cuando el proveedor le reclama con sinceridad su preocupación por la
disminución en sus compras o en la frecuencia de sus visitas a los puntos de
venta. De afecto cuando le envía un detalle por algún acontecimiento
desconocido para el cliente pero del cual se enteró por interpuesta persona.
Abrazo de afecto cuando recibe una sonrisa alegre y llena de sentimientos por
parte de algún funcionario; o cuando le atienden de manera especial al niño y
le entregan muestras especiales de cariño.
· Abrazo de disculpa o perdón. Cuando alguno de sus procesos,
funcionarios, promesas de venta, o de servicio fallan y el cliente siente que
no solo se piden las disculpas sino que ellas vienen acompañadas por el
contacto personal de algún alto directivo sino de algún detalle expresado en
descuentos, regalos o cualquier otra manifestación.
Existen otros tipos de abrazos y todos ellos buscan
generar experiencias de cliente memorables. Vivimos en un mundo dominado por las experiencias y los sentimientos de
los clientes son una parte muy sensible de lo que las empresas venden,
comercializan y promueven; desafortunadamente no se cuenta muchas veces con la
estructura o el personal idóneo para producir los abrazos que todos deseamos de
nuestros proveedores.
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