Los golpes de la vida, sobre todo algunos que desbordan la imaginación
por su crueldad, te mueven
a rebelarte y pelear.
Crees que no tienes por qué sufrir tanto y necesitas mirar a otros y aprender que nadie pasa por la
vida sin llorar.
Veamos el caso de Martin Gray: Este caballero sufrió hasta lo indecible en varios campos de concentración nazis y logró salir con vida de semejante infierno
Rehizo su vida, se casó, tuvo varios hijos y, además, logró sobresalir en
su trabajo y alcanzó eso
que llaman éxito profesional.
Pero, un día, cuando
todo estaba bien, su
familia murió en un incendio forestal y las llamas destruyeron también
su casa.
Le dijeron que podía impulsar una investigación judicial ya que había sospechas de que el incendio
podría haber sido provocado.
Martin no lo hizo y más bien eligió superar su terrible pena creando una
organización para prevenir incendios.
Suyas son estas sabias palabras: “Necesito concentrarme en el presente y
en el futuro, no en el pasado.
Solo aceptando la
adversidad tengo paz y le puedo dar un sentido a mi vida y a la muerte de mis
seres queridos”.
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