APRENDER A CONQUISTAR LOS SUEÑOS

Es bueno aprender de los que conquistan sus sueños. Así piensa Mariana Pajón:

"El sueño que más te cuesta es el que más disfrutas. Bueno llegar a la meta, pero también si caigo porque aprendo al levantarme.

Me dicen "hormiga atómica" por mi baja estatura, pero me crezco porque entreno siete horas al día.

Londres fue apenas el comienzo; me esperan muchas cosas buenas, entre ellas una especial: Brasil 2016".

Este modo de pensar y de actuar está reforzado en todos los atletas triunfadores con una fe sólida y una lucha denodada.

Casi todos nuestros campeones han soportado penalidades, carencias o penosos duelos.

Su duro historial confirma que lo arduo te impulsa a lo alto y que una vida fácil casi siempre te anestesia.

Solo triunfas en algo con una fe de acero, pasión arrolladora, constancia y un ánimo invencible.

Mariana Pajón antes del 2007 se fracturó la clavícula derecha y vendrían otras caídas y lesiones.

En 2007 se fracturó en tres partes la mano derecha, la del freno. A pesar del dolor, entrenó para el mundial de China.

Otro accidente la llevó al quirófano y le colocaron dos platinas y nueve tornillos en esa mano.

Ya en el Mundial terminó en el asfalto, luego en el hospital y el médico le dijo: Se acaba su participación.

Pero con la mano vendada y un tornillo salido corrió y se coronó campeona del mundo.

En Londres 2011: Dos costillas fracturadas, y algo peor aún: un hematoma en un riñón.

Pero en julio de 2011 atrajo todas las miradas cuando reapareció recuperada en la pista de Dinamarca.

Allí dejó atrás a Sarah Walker de Nueva Zelanda y la francesa Magalie Pottier. Ganó el campeonato mundial más luchado de su vida.