Cuando
te critiquen serénate, sé paciente y piensa bien lo bueno que puedes aprender
de los agravios y del perdón.
Quien te ataca le hace un bien al Ego porque lo desinfla
y te da la oportunidad de
crecer en humildad y tolerancia.
Nunca busques aprobación y acepta que nadie quita ni aumenta un centímetro a tu
estatura al gritarte enano o gigante.
Eres lo que eres independientemente de las calumnias de
los críticos o el peligroso almíbar de los aduladores.
No
te envanezcas con las alabanzas y crécete con los ataques y los juicios
despectivos como el genial literato danés Andersen.
Hoy nos suena absurdo, pero sus cuentos infantiles fueron
recibidos en un inicio con severos y falsos juicios como este:
“Sus escritos son obras inadecuadas para niños y
positivamente desfavorables para sus mentes”.
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