Pocas
experiencias humanas son tan conmovedoras, desafiantes y angustiantes como la
de padecer cáncer o que un ser querido lo sufra.
Se trata de una vivencia traumatizante, única y para la que
nadie está suficientemente preparado, mucho menos en la etapa del choque
inicial.
No
obstante, a quienes se lo permiten, la vivencia del cáncer puede impulsarlos a
transformar y a revalorar sus vidas positivamente.
La psicooncología, una subespecialidad de la psicología
clínica o de la psiquiatría de enlace, que estudia de cerca los fenómenos
emocionales relacionados con el cáncer y establece pautas eficaces para su
manejo, ha desarrollado recursos orientados a ayudarles a los afectados a
lograr ese propósito.
Estas
son las claves para enfrentar esta experiencia sobrecogedora, que demanda un
gran esfuerzo psíquico del paciente y sus familiares que pueden aliviar
enormemente ese sufrimiento y hacer de la lucha contra el cáncer un esfuerzo
más amable, eficaz y menos deletéreo de la calidad de vida:
1.
Acéptelo: No lo niegue; si es cáncer, es cáncer. Ningún médico da ese
diagnóstico sin estar seguro. Es duro de reconocer y nadie quisiera tenerlo,
pero si es la realidad asúmala y busque los correctivos con prontitud.
2.
Infórmese: Soldado advertido no muere en guerra... Entre más sepa sobre
su condición y para dónde va su tratamiento, más posibilidades hay de que sea
un agente activo y positivo en su manejo. Eso sí, busque información en sitios
de buena calidad, y el mejor de todos es su oncólogo tratante. Si quiere
hacerlo, pida un segundo concepto de otro especialista idóneo. Evite páginas
web populares o con intereses comerciales y elija sitios de reconocida
idoneidad y neutralidad en la información, como entidades oficiales y universidades.
3.
Nútrase bien: Una dieta balanceada, sin comida chatarra, mejora su nivel
de defensas y permite llegar en mejor estado a la quimioterapia o la cirugía,
que es cuando puede tener disminución del apetito o dificultades para comer con
propiedad. De la buena nutrición depende la mejor cicatrización de los tejidos
y la menor cantidad de fatiga postratamiento.
4. Haga
ejercicio: Los tratamientos del cáncer debilitan el cuerpo y la mente.
Entre mejor sea su estado físico y su movilidad, antes y durante el
tratamiento, menores serán la fatiga, las restricciones y las secuelas.
5. Ojo
con ansiedad: Durante el proceso de enfrentamiento del cáncer, es normal
que se presenten momentos variables de ansiedad; cuando es exagerada aumenta el
sufrimiento y el dolor, disminuye la calidad del sueño y del descanso y
conflictualiza las relaciones familiares y con los médicos. Las técnicas de
relajación, el yoga y la meditación ayudan a atenuar la ansiedad y a que la
mente se enfoque en su bienestar.
No piense solo en su cuerpo
6.
Ayuda psicológica: si siente que la ansiedad lo desborda, la depresión
no se controla o está más irritable y conflictivo que de costumbre, una
psicoterapia lo ayudará a canalizar emociones y a resolver conflictos.
7.
Jerarquice sus valores: Respóndase preguntas como ¿para qué vivo yo?,
¿qué le da sentido a mi vida?, ¿qué me hace feliz? Oriente los esfuerzos de su
vida y la meta de vencer el cáncer a la luz de estos objetivos. Las respuestas
a estas preguntas le señalarán el derrotero a seguir y lo llenarán de
motivaciones para luchar y superar dificultades.
8.
Enriquezca su vida espiritual: Más allá de si profesa un credo religioso
o no, toda la gente tiene una relación con Dios y con un sistema de valores y
principios trascendentes. Sintonícese con ellos. Vuélvalos valores vitales
actuales y dinámicos. Perdone. Perdónese. Acérquese a la presencia de Dios en
su vida. Y medite... Medite y ore todos los días.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios