Sé paciente y recuerda que en la vida
de todo ser humano se alternan los días de luz y de sombra.
No te rindas, busca otras estrategias, pon a raya el miedo y confía
siempre en nuevas posibilidades.
Vence
el miedo a fallar, afianza
tu esperanza y apóyate en la fe que te da alientos y energía.
Acaso
es el momento para actuar con decisión y ejecutar lo que hasta ahora venías
posponiendo.
Las crisis son curativas, traen
enseñanzas y te impelen a explorar nuevos espacios y a renovarte.
Piensa
en el miedo que siente un pichón cuando quiere lanzarse a volar por primera
vez.
Le
tiembla el cuerpo, pero lo hace y descubre que sí podía y que el miedo era como
un fantasma de papel.
Atrévete a volar, confía en Dios,
confía en ti y cree sin un atisbo de duda que lograrás lo que buscas con pasión
y perseverancia.
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