Lo que piensas de tí mismo tiene un gran impacto en lo que haces con tu vida.
Piensa de manera más positiva sobre tí mismo y tu mundo, y cada área de tu vida lo reflejará.
Durante todo el día, todos los días, tu mente está activa, con un pensamiento tras otro. En lugar de hacer esos pensamientos críticos o desesperados, decide hacerlos agradables, agradecidos, con amor y aceptación.
Es realmente muy fácil hacer que tus pensamientos se fijen en una dirección positiva. Sólo debes encomendarte a Dios y recordar que debes cambiar, y ya está.
Ten un alto concepto de tí mismo, y pronto estarás a la altura de tu propia imagen mejorada. Espera lo mejor en cada situación y descubrirás nuevos valores donde mires.
Sólo un pensamiento simple, positivo puede cambiar tu vida en una dirección más productiva, más eficaz y satisfactoria. Imagina lo que se logra con un flujo continuo de pensamientos positivos y todo lo que puedes hacer.
¿Qué crees que puedes marcar la diferencia en la dirección hacia donde debes ir?.
Haz el compromiso de pensar lo mejor, y disfrutar de las recompensas de una más positiva y con propósito.
Mejora tu actitud frente a la vida y Dios te recompensará.
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