Amarte y amar es tu reto, tu camino y tu destino. Pero el amor es un
estado del ser, no una relación.
Debes cuestionar tu capacidad de amar para no
engañarte con un amor fácil y cómodo.
El amor es exigente y florece donde hay respeto y entrega, comprensión y
verdad, perdón y
humildad.
El amor es una fuerza unificadora y no te lleva a
competir con los demás, sino a entenderlos y aceptarlos.
“Cuando amas conquistas la ira con la bondad, la malicia con el bien y la mezquindad con la generosidad”.
Proverbio hindú.
El mal hace ruido y obtiene victorias
pasajeras, pero el amor
termina por imponerse y te lleva a la cumbre.
Por eso decía Jesús que debes devolver bien por mal
y amar a los que te hacen daño.
Cuando lo haces brilla la luz y disfrutas una alegría que nadie te
puede quitar. Ya lo sabes, solo el amor te da felicidad.
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