¿Alguna vez has sentido que,
aunque estés lejos, el amor puede llegar de mil maneras? Así estoy yo, mandándote
flores que recojo mientras camino por la vida. No puedo hablar contigo,
pero en mis sueños, ahí estamos, juntos, riendo y abrazándonos. Cada
beso que te envío es como una pequeña carta de amor, y cuando cae
la noche, siento que nuestros corazones se encuentran en algún lugar
mágico.
Eres como el aire que respiro,
especialmente cuando la luna llena ilumina mis pensamientos.
Cuando tengo frío, solo tu
recuerdo es suficiente para calentar mi alma. Y tu sonrisa,
ay, esa sonrisa, cada
día me hace sentir que estás un poco más cerca.
Te busco en mis sueños, tratando de alcanzarte,
de sentir tu calidez. Quiero abrazarte y nunca dejarte ir, porque cada día que pasa sin ti se siente
incompleto. La idea de encontrarte en mis sueños me llena de esperanza.
Te imagino levantándome
a besos,
recordando que ningún lugar es demasiado lejos para nosotros.
Cada flor que te mando es un recordatorio de que
quiero que adornes tu vida con momentos hermosos. Imagínate esas
flores en tu casa, las más rojas siempre en la entrada, recibiéndote cada mañana
con su fragancia. Y sí, cada una de ellas puede llevar un nombre especial, como un pequeño homenaje a
nuestra conexión.
Así
que aquí estoy, mandándote
flores y
preparando mil palabras para convencerte de que todo será como
siempre soñamos. Prometo ser siempre tu amor, porque no puedo imaginar un mundo sin ti.
No te vayas, por favor, que las flores son solo un reflejo de lo que siento. ¡A seguir
soñando y amando, que la vida es eso!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios