El estrés produce cambios químicos en el cuerpo. En
una situación de estrés, el cerebro envía señales químicas que activan la
secreción de hormonas (catecolaminas y entre ellas, la adrenalina) en la
glándula suprarrenal. Las hormonas inician una reacción en cadena en el
organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es
desviada de los intestinos a los músculos para huir del peligro; y el nivel de
insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía.
Estas reacciones
permiten evitar el peligro. A corto plazo, no son dañinas. Pero si la situación
persiste, la fatiga resultante será nociva para la salud general del individuo.
El estrés puede estimular un exceso de ácido estomacal, lo cual dará origen una
úlcera. O puede contraer arterias ya dañadas, aumentando la presión y
precipitando una angina o un paro cardiaco. Así mismo, el estrés puede provocar
una pérdida o un aumento del apetito con la consecuente variación de peso en la
persona.
CONSIDERACIONES
Los episodios breves
de estrés trastornan el funcionamiento del organismo; sin embargo los síntomas desaparecen cuando el
episodio cede.
Esto ocurre con
mayor facilidad si la persona posee tácticas efectivas para enfrentar el estrés
y si expresa sus sentimientos normalmente.
CAUSAS
Cualquier suceso que genere una respuesta
emocional, puede causar estrés.
Esto incluye tanto situaciones positivas (el nacimiento de un hijo, matrimonio)
como negativas (pérdida del empleo, muerte de un familiar). El estrés también
surge por irritaciones menores, como esperar demasiado en una cola o en
tráfico. Situaciones que provocan estrés en una persona pueden ser
insignificantes para otra.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
·
El
estrés afecta órganos y funciones de todo el organismo. Los síntomas más
comunes son
·
Depresión
o ansiedad
·
Dolores
de cabeza
·
Insomnio
·
Indigestión
·
Sarpullidos
·
Disfunción
sexual
·
Palpitaciones
rápidas
·
Nerviosismo
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