La
coma es uno de los signos de puntuación más útiles y necesarios. Se usa en
muchas situaciones. Si bien es indispensable en muchos casos, en otros sobra.
Atiborrar el enunciado con comas superfluas oscurece el mensaje y puede llegar
a ser sumamente molesto. Sin tratar de ser exhaustivos, aquí nos vamos a ocupar
de algunos casos relacionados con este tema.
En
primer lugar, no se debe escribir coma entre el sujeto y el verbo de una
oración.
Hacerlo, va contra la lógica y el buen gusto,
pues corta abruptamente la frase sin ninguna necesidad. Esto se aplica incluso
en el caso de sujetos que constan de una serie de elementos separados por
comas. Es una regla bastante sencilla. Sin embargo, son numerosas las personas
que no han aprendido a aplicarla:
«La nueva Ortografía, no sólo rechaza ese uso
indebido sino que recomienda que sean las comillas angulares...» (Abel Méndez,
Taller del idioma, El Diario del Otún, 1 de febrero de 2011).
«Hoy lo más importante para la mayoría de los
colombianos, es la recuperación económica con generación de empleo» (Noemí
Sanín, blog eltiempo.com, 26 de marzo de 2010).
El dequeísmo, el antidequeísmo, el selosismo,
el habianismo, son algunas de las incorrecciones gramaticales más molestas y
generalizadas (ejercicio para corregir, Ortografía de Petúfar, pág. 126).
Como casi toda regla que se respete, esta
también tiene sus excepciones (Ortografía de Petúfar, pág. 126):
1.
Si inmediatamente después del sujeto hay un inciso explicativo o sigue otro elemento
que se debe aislar del resto de la oración, sí es necesario usar comas.
2.
Si el sujeto es una enumeración abierta que termina con etcétera o con etc., se
debe usar coma después de esa palabra o abreviatura.
La primera excepción es apenas obvia; la
segunda no parece tener justificación clara (aunque es una norma dada por la
Academia, sin aducir razón alguna). Ejemplos:
Lucrecia,
excelente nadadora, sólo necesitó 15 minutos para atravesar el lago.
Los
pronombres yo, tú, él, ella, me, te, etc., reemplazan sustantivos.
Delante de que no se escribe coma cuando
encabeza un complemento sustantivo. Los siguientes ejemplos son incorrectos:
«He tenido en cuenta, que las mayores
dificultades ortográficas del español son las relacionadas con el uso de la
letra h, así como el empleo de más de una letra para representar un mismo
sonido...» (Juan Antonio Marín, español, Maestro de Enseñanza Primaria, autor
de un interesante y popular concurso de ortografía en la web).
«Consta en documentos traducidos en el siglo
XIX, que el faraón Akenatón y su esposa Nefertiti intentaron imponer el culto a
un Dios único» (José Obdulio Gaviria, El Tiempo, 15 de febrero de 2011).
Aunque
en el habla se hace una pausa, tampoco se escribe coma delante de la conjunción
que precedida, inmediatamente o no, de tan, tanto o tal (Ortografía de Petúfar,
pág. 126). Por tanto, sobran las comas en las siguientes oraciones:
«Es tan sencillo, que para resolverlo no hay
necesidad de leer este libro» (Fernando Ávila, libro Dónde va la coma, p. 37).
«Lo triste es que hemos perdido de tal forma
la sensibilidad, que no movemos un dedo ni exigimos que descubran el paradero
de una niña» (Salud Hernández, El Tiempo, 17 de enero de 2010).
«La obra de gobierno del Presidente Uribe ha
sido tan importante y contundente, que prácticamente ningún aspirante a la
Presidencia se atreve a descalificarla por temor al rechazo de los electores»
(Juan Manuel Santos, blog eltiempo.com, 26 de marzo de 2010).
«La economía colombiana venía tan bien, que al
Banco de la República le pareció excesivo el bienestar de sus compatriotas»
(Fernando Londoño, El Tiempo, 31 de diciembre de 2009).
El
mal ejemplo cunde... esperamos que esta nota sirva de mínimo contrapeso.
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