Recientemente
se ha empezado a estudiar el origen de los antojos. Las psicólogas de la
Universidad de Flinders (Australia) han revisado la última investigación sobre
los antojos y cómo éstos pueden ser controlados.
Lo que sugieren las últimas investigaciones es que las
imágenes mentales que nos hacemos de los alimentos pueden ser clave. La fuerza
con la que los que sufren antojos deseaban un alimento estaba directamente
relacionada con la nitidez con la que imaginaban la comida.
A
medida que nos estamos imaginando un alimento específico, gran parte de nuestra
capacidad cerebral se concentra en ese deseo y nos cuesta realizar otras
tareas. Vamos, como cuando nos enamoramos o está próxima la llegada del bebé:
tenemos la cabeza “en otro sitio”.
Esto es, mientras imaginamos algo formándonos su imagen
mental perdemos habilidades para completar otras tareas cognitivas, encontramos
la explicación a los posibles “despistes” o lentitud mental en ocasiones,
durante el embarazo, o en cualquier otro momento en el que las preocupaciones
alejen nuestra mente de lo que estamos haciendo.
Los estudios han demostrado que cuando se está imaginando
algo se tiene dificultades para completar diversas tareas cognitivas. En un
experimento, los voluntarios a los que se les antojó chocolate recordaban menos
palabras y les llevó más tiempo resolver problemas de matemáticas, que a los
voluntarios que no tenían antojo de chocolate.
La nueva investigación sugiere que esta relación puede
también funcionar en la dirección opuesta: sería posible utilizar los recursos
cognitivos para reducir los antojos. Hay varias maneras de hacerlo.
Los participantes que habían experimentado un antojo
redujeron el deseo después de que imaginaran lugares comunes, por ejemplo, se
les pidió que visualizaran en su mente la aparición de un arco iris.
El antojo también disminuye si nos concentramos en
imaginar olores, aunque imagino que en este caso, no el aroma del alimento en
cuestión (se les pidió que imaginaran el olor de eucaliptos).
Mirar fijamente una pantalla fina: los voluntarios que
tenían un antojo se les pidió que miraran fijamente una pantalla con puntos
negros y blancos (como una telvisión desintonizada). Según sus testimonios, experimentaron una
disminución en la intensidad de las imágenes sobre el alimento deseado y por
tanto una reducción del antojo.
Lo cierto es que no creo que el hallazgo merezca un
premio, nada más lógico que apartar nuestra mente de lo que nos obsesiona para
calmar el deseo, o la preocupación…
Para los investigadores, estos hallazgos indican que
visualizar determinadas imágenes en la mente podría convertirse no sólo en un
método prometedor para poner freno a los antojos de alimentos sino que tienen
implicaciones para reducir las ansias de otras sustancias como las drogas y el
alcohol.
En
cualquier caso, si los antojos le dan problemas, hay que formarse otras
imágenes mentales para controlarlos, objetos, paisajes, olores o simplemente
concentrarse en una pantalla. Mientras no se interpongan en nuestra mente otras
imágenes de alimentos o bebidas tentadores, mantendremos a raya los antojos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios