Inventor estadounidense.
Thomas Alva Edison fue educado en casa por su propia madre, que era maestra,
pues a los siete años había sido expulsado de la escuela por «retrasado».
Su interés se centró en
especial en los temas relativos a los campos de la física y la química. Con tan sólo doce años Edison empezó a
trabajar como vendedor ambulante de periódicos en los ferrocarriles. Más
tarde inició la impresión de un semanario y montó su primer laboratorio en un vagón de tren.
Después de trabajar un tiempo como telegrafista en Boston para la compañía
Western Union, en 1869 se trasladó a Nueva York con la intención de establecerse como inventor
independiente.
A pesar del poco éxito de su primera patente, relativa a una máquina destinada al recuento de
votos, su afortunada intervención en la reparación de un indicador de
precios del oro en la Bolsa, cuya avería había causado una crisis, le valió un
contrato de la Western Union para introducir ciertas mejoras en dicho aparato,
trabajo por el cual percibió la cantidad de 40 000 dólares.
Con este dinero Edison pudo
establecerse por fin, primero en Bewark, más tarde en Menlo Park (1876) y
finalmente en West Orange (1887). En esta población fundó el Laboratorio Edison –en la actualidad
monumento nacional de Estados Unidos–, en el que tuvo como colaboradores, entre
otros personajes destacados, al físico e inventor estadounidense de origen
croata Nikola Tesla.
La magnitud del conjunto de
la obra de investigación llevada a cabo por Thomas Alva Edison puede apreciarse
en sus justas proporciones indicando que obtuvo casi 1100 patentes, por lo que
se le considera el mayor inventor de todos los tiempos.
Entre otras de las muchas invenciones salidas de las manos y el ingenio
de Edison destacan el
telégrafo impresor, el
telégrafo cuádruplex (1874), el micrófono de carbón (que mejoraba el desarrollado por A. G.
Bell, inventor de la telefonía), el fonógrafo (1877), una máquina de dictado, el antecedente más directo del cine de
los hermanos Lumière (el kinetoscopio, 1889), las pilas alcalinas (acumulador de ferroníquel,
1883) y diversos tipos de
cemento y de hormigón.
Sin embargo, su invención más popular fue el procedimiento práctico de utilización de la
iluminación eléctrica, para lo cual creó, antes de haber desarrollado
por completo el invento, la Compañía de Iluminación Eléctrica Edison, que
recibió apoyo financiero inmediato gracias al gran prestigio personal de que el
inventor gozaba ya por aquel entonces.
La primera demostración práctica, coronada con un éxito completo, tuvo
lugar en Menlo Park, el 21
de octubre de 1879, y dio paso a la inauguración del primer suministro de luz eléctrica de la
historia, instalado en la ciudad de Nueva York en 1882, y que
inicialmente contaba con 85 abonados.
Para poder atender este servicio, Edison perfeccionó la lámpara de vacío con filamento de
incandescencia, conocida popularmente con el nombre de bombilla, construyó la primera central
eléctrica de la historia (la de Pearl Street, Nueva York) y desarrolló
la conexión en paralelo de las bombillas, gracias a la cual, aunque una de las
lámparas deje de funcionar, el resto de la instalación continúa dando luz.
Además de sus numerosas invenciones, Thomas Alva Edison contribuyó a la investigación
estrictamente científica, con el descubrimiento del llamado efecto
termoeléctrico (1883), también conocido en la actualidad como efecto
Edison, el cual permitiría, años más tarde, el desarrollo del dispositivo
electrónico conocido como diodo (Lee De Forest), que daría paso al advenimiento
de la moderna revolución de la electrónica.
A las 3 de la tarde del 4
de septiembre de 1882, el inventor Thomas Alva Edison, de 35 años de edad, se embarcó en lo
que llamó “la aventura más grande de mi vida". Se puso en funcionamiento la primera central
eléctrica de Nueva York, en la calle Pearl, y 85 hogares, tiendas y oficinas se
iluminaron súbitamente con 400 bombillas incandescentes. Edison y sus colegas,
directores de la Edison Electric Light Company, se habían reunido en Wall
Street, en la oficina dé uno de sus principales patrocinadores, el millonario
J. Pierpont Morgan. La oficina de éste era una de las iluminadas en esa tarde.
A las 7 de la noche, al crepúsculo, la luz eléctrica hizo su impacto en
las cercanas oficinales del diario The New York Times.
Con meses de anticipación,
Edison había supervisado el inicio de la transición del gas a la electricidad
en Nueva York. Eligió la margen del estrecho de East River por estar allí la zona
financiera, en la que deseaba impresionar a posibles patrocinadores. Organizó
entonces una encuesta casa por casa y dispuso la instalación de líneas
troncales, cajas de conexiones, interruptores, medidores, fusibles y
portalámparas. Once meses después, en agosto de 1883, más de 430 edificios de
la ciudad contaban con iluminación eléctrica, con unos 10.000 focos.
Los trabajos de Edison con
la electricidad confirmaron su idea de inventar sólo cosas que llenaran una
necesidad. Puso en práctica este principio en mayo de 1876, cuando junto con
“colegas y amigos” abrió
un laboratorio o “fábrica de inventos”
en el poblado de Menlo Park, Nueva Jersey.
El local era un edificio de
madera de dos pisos, erigido en ricas tierras de cultivo y, de hecho, pasó a
ser el primer laboratorio de investigación industrial del mundo.
Contaba con una máquina de vapor, un horno de fundición, acumuladores,
equipo fotográfico, alambre de cobre, bobinas de inducción e instrumentos de
medición, entre éstos un electrómetro y un galvanómetro. En ese tiempo, el
inventor y sus colaboradores intentaban perfeccionar la lámpara incandescente,
en la que desde la década de 1830 habían trabajado varios científicos.
En 1878 Edison fundó la
Edison Electric Light Company, pero no fue sino hasta fines del año siguiente
cuando, paso tras paso, finalmente produjo una bombilla eléctrica, práctica.
(Por ese mismo tiempo, el físico y químico Joseph Swan inventó en Inglaterra
una bombilla similar. Edison mostró su invento en público en la noche de fin de
año de 1879, al iluminar la carretera de Menlo Park, el laboratorio y la
biblioteca con un dínamo y cerca de ‘10 luces. Unos 3.000 espectadores
presenciaron esa genialidad de llamado “Mago de Menlo Park.
Nacido en Milán, Ohio, el
11 de febrero de 1847, Thomas Alva Edison tenía siete años de edad cuando su
familia se mudó a Port Huron, Michigan. Su formación escolar terminó después de tres
meses, cuando el maestro de la escuela local lo expulsó por ser de lento
aprendizaje. La verdad es
que Edison sufría d sordera parcial, a causa de un ataque de escarlatina.
Tocó a su madre fomentar en
él un creciente interés por la ciencia, sobre todo por las máquinas de vapor y
la fuerza mecánica. El joven Edison instaló un pequeño laboratorio químico en el sótano de
la casa paterna. Allí producía su propia corriente eléctrica con pilas
voltaicas y construyó e
hizo funcionar un rústico aparato telefónico.
Edison trabajo corno lo que él llamó “telegrafista vagabundo”, en los
estados del sur y el oeste medio de la Unión Americana. En 1869 vivía en Nueva
York, en un sótano de Wall Street. En cierta ocasión, mientras visitaba por
casualidad las oficinas de Gold lndicator Company, se descompuso el indicador
telegráfico de los precios del oro. El lo reparó allí mismo y fue contratado
como ayudante del ingeniero principal de la compañía. Después creó la impresora de acciones Edison
Universal, vendida a la Western Unión en 40 000 dólares. Edison utilizó
el dinero para establecer y equipar su primer taller en Newark, Nueva Jersey,
donde fabricó el receptor
telegráfico de cotizaciones bursátiles, a principios de la década de
1870. En 1876 se mudó a Menlo Park, para dedicarse a la invención. Al año
siguiente mejoró el micrófono del teléfono de Alexander Graham Bell.
Edison afirmó haber dejado de dormir cinco días par a perfeccionar su
fonógrafo cuando poso para una foto en
su taller de West Orange el 16 de julio de 18118.
En el transmisor de Bell, las vibraciones sonoras de la voz se
convertían directamente en impulsos eléctricos; pero la reproducción del sonido
era débil, sobre todo a grandes distancias, en las que prácticamente se
desvanecía casi de inmediato. El
micrófono de Edison utilizaba trocitos de carbón para lograr un contacto cuya
resistencia variara según la presión de las ondas acústicas. Esto controlaba la
corriente de una batería y podían enviarse señales eléctricas mucho mas
potentes que con el aparato de Bell. Así se transmitía a mayor distancia.
En el teléfono de Bell, la bocina también servía de auricular, por lo
que el usuario tenía que hablar y oír alternada mente en el mismo lado del
aparato. Edison separó el
transmisor y el receptor, facilitando así la comunicación. Después de
perfeccionar el teléfono, Edison se concentró en la invención del fonógrafo,
antecedente del gramófono y del moderno tocadiscos. En diciembre de 1877
hizo una demostración a sus empleados de Menlo Park. Al girar lentamente el
cilindro del fonógrafo, se oyó una débil voz que recitaba el poema infantil
María tenía un corderito.
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