Las
primeras fuentes documentadas sobre el uso y la extracción de la sal se
remontan a China. Siendo un producto de gran valor, la sal fue utilizada como
moneda de cambio. Ya en el Imperio Romano, los legionarios cobraban su salario,
es decir, su sueldo, en sal (de ahí el nombre de “salario”). Siglos más tarde,
el intento de eliminación del impuesto sobre el consumo de la sal que se venía
realizando en Francia es considerado prácticamente uno de los motivos que
iniciaron la Revolución Francesa.
En el continente Americano, la sal fue también
utilizada por las culturas precolombinas, siendo empleada tanto como moneda de
cambio, como un sistema de conservación de los alimentos.
Beneficios de la sal: El sodio se encuentra en
muchas partes del cuerpo, y se ha constatado su importancia en la disolución de
nutrientes, así como en algunas reacciones químicas biológicas. En cuanto a sus
beneficios, son en realidad dos componentes, la cal y el sodio, los que son de
vital importancia para el organismo, debido a que ayudan en el proceso de
digestión, mantienen la presión de los fluidos corporales (los extracelulares),
la presión sanguínea y también mantienen el equilibrio de los ácidos del
cuerpo. El consumo de sal es beneficioso para los hipotensos, es decir, para
las personas con tendencia a tener baja la tensión arterial.
Consumir mucha sal eleva la tensión y pone en
riesgo a todo el cuerpo
Es peligroso sobre todo para el corazón, el
cerebro y el riñón.
La sal, y de ella el sodio, es una gran aliada
de muchas funciones en el cuerpo, pero también es una de las grandes
responsables de que la tensión arterial se eleve.
Se
considera que el rango saludable de consumo de sal está entre los 1,1 y los 6
gramos al día.
Cada gramo de sal contiene 400 miligramos de
sodio y el 60 por ciento es cloro, y hay evidencia de que al ingerir cantidades
mayores a las recomendadas, por efecto de la tensión arterial elevada se
aumenta el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, se engrosan las paredes del
corazón, se aumenta la pérdida de proteínas por la orina, se incrementan las
enfermedades renales (incluida la formación de cálculos) y la pérdida de calcio
de los huesos, se agudizan males como el asma y se cree que también influye en
la aparición o desarrollo de cáncer gástrico.
Se ha comprobado que cuando se reduce el
consumo de sal en 9 gramos por día (por ejemplo, de 12 a 3), el riesgo de
accidentes cerebrovasculares (o ACV) se reduce un 30 por ciento, y el de sufrir
infartos, un 25 por ciento.
La
afinidad por la sal empieza a consolidarse desde esas etapas tempranas. Es un
hábito que los padres transmiten a sus hijos
La
sal ya está incluida en muchos alimentos: Por cada 100 gramos de papa, hay 20
miligramos de sal, y por cada mil gramos de pan, hay 100 miligramos de sal.
El problema es que la gente tiende a agregarle
sal a la comida durante su preparación y luego la adiciona cuando está puesta
en la mesa, aunque no la necesite.
La Organización Mundial de la Salud recomienda
que la restricción del consumo de sal en todas las edades se incluya en los
programas de salud pública. La cantidad sugerida es mínima: cinco gramos al
día, es decir, una pizca apenas.
Evite
la sal añadida a los alimentos
La
sal, desempeña importantes funciones en nuestro organismo. El sodio contenido
en la sal regula la cantidad de líquidos en nuestro cuerpo y coopera en la
transmisión de impulsos nerviosos.
Se
recomienda consumir unos 1500 miligramos de sodio diariamente, esto es menos de
la cantidad contenida en una cucharadita de sal. (Sumado para todos los
alimentos).
En nuestra sociedad moderna la mayoría de las
personas consumen mucha más cantidad de sal de la necesaria.
Algunos productos alimentarios con alto contenido
de sal son las carnes curadas con sal, el pescado ahumado o salado, los
alimentos precocinados, los perros calientes, la mortadela, carnes enlatadas
como el corned beef y las salchichas, los bocadillos (papas fritas, palomitas
de maíz con sal, pretzeles, galletas saladas, copos de queso, frutos secos
salados), los aderezos y salsas para ensaladas, las aceitunas y el queso. Además muchos de los alimentos
que se consumen en los restaurantes de comida rápida contienen una gran
cantidad de sal.
Un
alimento con una gran cantidad de sal no necesariamente tiene un sabor muy
salado. Esto sucede debido a que algunos alimentos con altos niveles de sal
también contienen mucha azúcar.
Las
papilas gustativas se acostumbran al sabor de la sal, esto hace que no se note
tan fácilmente el sabor de la sal en los alimentos.
Se ha encontrado que la mayor reducción en la
presión arterial se produce cuando una dieta alta en frutas, vegetales y
productos lácteos bajos en grasa además de baja tanto en grasas saturadas como
en el total de grasa se combina con una dieta baja en sal.
Las
personas al restringir la sal reducen la presión arterial.
El exceso de sal también puede causar
inflamaciones de las encías, de toda la cavidad bucal y del sistema digestivo.
Una forma de reducir el consumo de sal es
utilizando sabores alternativos, como, por ejemplo, limón, hierbas, vinagre o
especies. Muchos piensan que sin sal los alimentos carecen de sabor pero es
cuestión de costumbres que se pueden cambiar.
Cuando
disminuya la cantidad de sal en los alimentos descubrirá sabores ocultos y
otros más sutiles que ha dejado de percibir por quedar ocultos dentro del sabor
de la sal.
El Instituto de Investigación del Centro
Nacional del Cáncer de Japón reveló que los hombres que hacían una dieta rica
en sal corrían el doble de riesgo de contraer cáncer de estómago que los que
ingerían poca sal.
Comer alimentos con Sal, produce que aumente
la sed, eso nos lleva a tomar generalmente gaseosas, las que poseen azúcar, de
ahí, todo se vuelve un circulo vicioso, y adelgazar se vuelve MUY DIFICIL.
Todos los alimentos contienen sodio en forma
natural, siendo más predominante la concentración en alimentos de origen animal
que vegetal.
Existen 2 tipos de Sodio
El cloruro sódico (sal común): Se extrae de la
tierra y se obtiene a través de piscinas de evaporación. Un exceso de consumo de esta sal
puede acarrearnos graves problemas de salud.
Cloruro de potasio – Este tipo de sodio se
encuentra de forma natural en productos agrícolas, tales como productos
lácteos, verduras, frutas y carne. Si estamos ingiriendo una alimentación
nutritiva de estos alimentos, NO tenemos absolutamente ninguna necesidad de
añadir sal de mesa a nuestros platos.
El exceso de sodio se acumula en la sangre y
comienza a absorber agua. Esto hace que el volumen de sangre aumente, obligando
al corazón a trabajar más duro. Cuando el corazón tiene que trabajar más,
aumenta la presión en las arterias.
Lo
mejor para evitar problemas es eliminar la sal de nuestra dieta.
Utiliza el cloruro de potasio en lugar de
cloruro de sodio
Desde la década de 1970, la cantidad de sodio
en nuestros alimentos ha aumentado; además, ingerimos mayor cantidad de
alimentos por día que en el pasado.
Aunque la idea de que la sal engorda está ampliamente
difundida, lo que ocurre en realidad es que la sal hace que el cuerpo retenga
líquidos, aumentando así el volumen muscular.
La
sal es algo necesario para la vida, pero consumida en exceso puede llegar a ser
muy perjudicial para la salud. Una dieta equilibrada, evitando productos muy
elaborados, junto con la práctica de ejercicio, son las mejores armas para
evitar futuras dolencias y combatir muchas enfermedades que se padecen
actualmente.
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