Alrededor de la predicción del sexo del
bebé existen numerosos mitos y viejas creencias. A título anecdótico
presentamos algunas de ellas:
1. La forma del vientre de la madre
determina si es niño o niña:
Es una de las creencias más conocidas y extendidas. Afirma que, si el vientre es bastante bajo, estaría esperando un niño;
y que si por el contrario, el vientre estuviera bastante alto, estaría
esperando una niña.
La
ciencia no da credibilidad a esta creencia, ya que, la forma en la que el bebé
se coloca en el vientre de la madre, viene determinada por los músculos del
mismo y por el tono muscular uterino así como también por la posición que haya
adoptado su bebé.
2. El latido cardíaco fetal difiere en
los niños y en las niñas.
Esta es otra antigua creencia que ha estado en boga desde hace mucho tiempo y que tiene en parte aceptación en
la comunidad médica. Así, si se tratara de una niña, los latidos
cardíacos fetales tendrían un promedio cercano o algo superior a los 140. En
caso de tratarse de un niño, el promedio de latidos cardíacos sería inferior a
los 140.
Sin
embargo, la comunidad científica ha argumentado que este fenómeno sólo se manifiesta durante el
parto, momento en el cual el promedio de los latidos cardíacos de una
niña sería mucho más alto si se lo comparara con los de un niño.
3. Tabla china o calendario lunar: su existencia puede ser una
leyenda, así como la historia que se le atribuye. Según esta leyenda, se deben
tener en cuenta dos aspectos. Por un lado, la edad lunar de la madre -que es la
misma que tiene en el momento de la gestación-, más uno (aunque si la mujer
nació en enero o febrero se le suman dos).Y por otro lado, hay que tener en
cuenta el mes en el concibió al bebe.
Este
método carece también de base científica o estudio que lo respalde.
Dejando
atrás los mitos y leyendas, la mejor manera de saber fehacientemente si esperáis un niño o una niña es por medio de
una ecografía (a partir de la semana 14 de gestación).
Pero,
para las parejas impacientes, los
avances científicos y estudios en este campo, también han dado sus frutos.
Éstas son algunas de las últimas técnicas para determinar o seleccionar el sexo
del bebé:
a. Análisis de sangre: mediante un sencillo
análisis de sangre, a partir de la sexta semana de gestación, podemos conocer
el sexo del bebe, gracias a un método desarrollado por un equipo de genetistas
de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
b. Técnica de separación de esperma:
Este método, patentado por el doctor Ericsson, se basa en que el espermatozoide
portador del cromosoma Y (sexo masculino) es más liviano que el portador del
cromosoma X (sexo femenino).
Mediante la centrifugación del esperma, los espermatozoides con cromosoma Y
quedarán en la parte superior. Pero esta técnica todavía experimental, plantea
cuestiones como la posibilidad de que pueda cambiar la naturaleza del ADN o
generar riesgos a largo plazo para el niño.
c. La velocidad de los espermatozoides:
Los doctores Shettles y Rorvik, autores del libro "Cómo elegir el sexo de
tu bebé", se basan en que los espermatozoides Y (sexo masculino) son más
rápidos y viven menos tiempo que los espermatozoides con cromosoma X (sexo
femenino). Por lo
que plantean que, teniendo relaciones sexuales en la fecha más cercana a la
ovulación serían mucho mayores las posibilidades de tener un bebé varón.
Una
alternativa, para evitar especulaciones durante la gestación sería esperar
hasta el momento del parto para conocer el sexo del bebé y comprobarlo ustedes mismos.
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