Gordio era un pobre campesino.
Un día vio que un águila se había posado en la vara
de su carro de bueyes. Como el águila seguía instalada en la vara, sin
inmutarse, entonces Gordio decidió dirigirse a Telmiso en Frigia , porque allí
había un oráculo confiable para preguntarle qué podía significar esto.
Antes de
atravesar la puerta de entrada a la ciudad, encontró a una bella joven que
poseía el don de la profesia. No bien vio el carro con el águila, le dijo a
Gordio que debería ir directamente a ofrecerle sacrificios a Zeus y le pidió que
la dejara acompañarlo.
-Por supuesto.
Respondió Gordio. Y agregó –Eres una joven muy inteligente, ¿Quieres casarte
conmigo?
-Primero hay que
ofrecer sacrificios, dijo ella.
Entonces se
dirigieron hacia la ciudad.
Ellos no sabían
que el rey de Frigia había muerto subitamente y como no tenía hijos no se
conocía al sucesor.
Pero un oráculo vaticinó:-!Su nuevo rey se acerca
con su futura esposa en un carro tirado por bueyes! . Ellos entraron con la
carreta en la plaza e inmediatamente todas las miradas se posaron en ellos y en
el águila que todavía seguía parada sobre la vara de la carreta.
Inmediatamente
proclamaron- ¡Aquí está nuestro nuevo Rey!.
Como
agradecimiento le dedicó el carro y los bueyes a Zeus.
Gordio había
enganchado el carro a la vara con un nudo muy particular.
Un oráculo
vaticinó:-El hombre que
pueda desatar el nudo se convertiría en el dueño y señor de Asia. La
carreta quedó entonces en la Acrópolis, durante siglos, bajo la atenta
vigilancia de los sacerdotes de Zeus.
En el año 333 antes de Cristo, Alejandro de
Macedonia, También conocido como Alejandro Magno, pasó por la ciudad y cortó el
nudo con su espada en un acto de soberbia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios