Muchas
veces los inventos o los hallazgos surgen de una manera inverosímil. Veamos:
Hace siglos los árabes ponían comida entre dos pedazos de
pan, pero el sándwich actual se atribuye a John Montagú, conde de Sandwich, en
el siglo XVIII.
Era un empedernido jugador de cartas y, para no parar de
jugar, le dijo un día a su cocinero:
“Sírveme
un bistec emparedado entre dos rebanadas de pan” y así habría nacido el
sándwich. Pero los árabes lo usaban hace siglos.
La verdad es que todos somos creativos y lo que tú
necesitas es creerlo y soltar tu imaginación.
Eso fue lo que hizo el suizo George de Mestral el día que
pensó: ¿Por qué se me adhieren cardos o arrancamoños a mis medias?
Era un montañista y esas adherencias diminutas y molestas
le dieron la idea de un nuevo cierre con dos cintas adhesivas.
La idea le llegó en 1948 y se cristalizó en dos años de
pruebas hasta que nació un gran invento: El velcro. La dificultad es tu amiga porque te enseña algo.
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