El
cabello es muy delicado y un cuidado inadecuado puede estropearlo sin darnos
cuenta. La mayoría de las veces los errores residen en los hábitos más
cotidianos y en los que no hubiéramos pensado que fueran nocivos para nuestro
cabello. Descúbrelos, ¡y no los repitas!.
Un error muy común es lavarnos el pelo todos
los días, ya que lo asociamos con la mala higiene si no lo hacemos. Debemos dejar un día de por
medio en los lavados, porque si no estaremos quitándole muchas de las
propiedades naturales que tiene el cabello.
Es un gesto que la mayoría de nosotras realiza
de forma automática. Sin embargo, hacerlo maltrata la cutícula del cabello, y
así el pelo se vuelve más débil. Por ello lo mejor es secarlo con una toalla
suave y posteriormente utilizar el secador, evitando que el cabello se caliente
demasiado.
Muchas veces queremos cambiar de imagen y
dejamos pasar mucho tiempo para que crezca el pelo. No es buena esta decisión, puesto que acabarás con
tantas puntas abiertas que tendrás que cortar la mayoría del largo que has
dejado.
El uso del acondicionador se ha extendido
entre las mujeres como un producto de uso diario, y eso es un grave error. Hay
que utilizarlo de manera ocasional, porque el acondicionador deja residuos que
apagan el pelo.
Intenta evitar el uso habitual del secador,
porque es muy probable que utilizándolo todos los días estés quemando
literalmente tu pelo. Es
mejor que optes por otro peinado a que acabes con el pelo como un estropajo.
¡Cuántas veces nos esforzamos para alisar
nuestro pelo rizado o para rizar nuestro pelo liso! Está bien en ocasiones
especiales, pero ir en
contra de la tendencia natural de nuestro pelo es hacerle un flaco favor a su
salud.
En la fase de aclarado de nuestro pelo sí que
debemos poner todo el esfuerzo posible. Un mal aclarado de nuestro cabello
supone irritar el cuero cabelludo y aumentar la grasa del mismo, lo ideal es aclararlo con agua
fría para cerrar las cutículas.
Cada cabellera y corte de pelo es un mundo y
debemos cuidarla de manera personalizada. Asegúrate de comprar los productos
adecuados a tu pelo y respeta los tratamientos hasta el final.
El champú, el acondicionador, la mascarilla,
el sérum reparador, etc. Aunque nos ayuda a ahorrar tiempo, utilizar tantos
productos juntos es un error, ya que las sustancias químicas que contienen
aplicadas todas de una vez dañan el cabello.
Al recoger nuestro pelo en una coleta tendemos
a hacerlo con cualquier cosa que tengamos a mano. Cuando pasamos muchas horas
con el pelo recogido, debemos tener cuidado con los coleteros. Estos deben estar cubiertos y no
utilizar las típicas gomas de papelería o arrancaremos el pelo.
El
cabello necesita sanearse y es muy probable que lleves años con el mismo corte
de pelo. No hace falta que hagas un cambio radical, pero
siempre es bueno cortar un poco más de lo normal para darle otro aire a tu
pelo.
Abusar
del cepillo puede ser mortal para tu pelo, porque lo harás
más quebradizo. Cepilla tu pelo una vez al día, y así estimularás el cuero
cabelludo. Tampoco es buena idea cepillar el pelo cuando está húmedo, es más
frágil.
Podemos
ponerle mucha atención a nuestro pelo, pero si olvidamos los folículos del
cuero cabelludo cometeremos un grave error. En el cuero es
donde nacen los pelos y bastará con que nos hagamos un pequeño masaje al frotar
el champú.
Es
un falso mito que al arrancarte una cana te vayan a salir el doble
posteriormente. Pero sí es cierto que volverá a salir la
misma, y así sucesivamente. Si arrancamos las canas lo único que conseguiremos
será que salgan más irregulares. Si no te gustan, lo mejor es empezar a pensar
en teñirte.
Siempre
debes cepillarte desde la raíz a las puntas. Si lo haces
al revés, terminarás dañando la cutícula, lo que se reflejará en el estado de
tu pelo. Para evitarlo, no des tirones y date un masaje capilar tras cada
lavado.
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