El “síndrome del impostor” se refiere
al temor de no ser tan capaz o inteligente como creen los demás. Este tipo de
personas le atribuyen su éxito a factores externos como la buena suerte, o a
factores como la personalidad en vez del talento. Según ciertos estudios psicológicos,
dos de cada cinco personas
exitosas se consideran a sí mismas impostoras.
Otros
estudios han revelado que 70%
de las personas se considera un impostor en algún momento de su vida.
“Hay personas que mientras más triunfan, más impostoras se sienten”. “Sienten que están engañando a la
gente. Hay una disonancia entre la imagen que tienen de sí mismas y la
realidad”.
El
síndrome del impostor es especialmente problemático entre las mujeres. Las ejecutivas son
aún tan raras en el mundo de los negocios, que muchas se sienten vigiladas.
Además, siente que su desempeño incide directamente en la imagen de las demás
mujeres. Pero también hay razones culturales. “Hay evidencia de que cuando lo
niños están creciendo, suelen culpar factores externos: ‘el otro equipo hizo
trampa, el árbitro no era justo, el maestro no nos dio suficiente tiempo para
estudiar’.
En
cambio, “las niñas tienden
a culparse a sí mismas. Así que, cuando no logran cerrar una venta, el
cliente no está diciendo que no le gusta el producto sino que la vendedora no
es adecuada”.
Los
estudios revelan que mujeres y hombres experimentan por igual el síndrome del
impostor; sin embargo. “Si conozco a un hombre, digamos en un avión, y le
cuento sobre este problema, suele contestar: ‘Eso es una estupidez, por qué alguien se sentiría así’”.
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