Aumenta, Señor mi fe para resolver los acertijos de la vida y recorrer
animoso senderos de paz y libertad.
Necesito estar más unido a ti, beber en la fuente
de lo espiritual y tener el amor como mi mejor aliado para salir avante.
Señor, cuando dejo las carreras locas que nacen de una ambición
desmedida siento una corriente de aire fresco.
Lejos de ti la vida carece de color y de
sabor, contigo solo hay luz y eres para mí una fuerza invencible.
Hoy decido cortar todo tipo de apego, estar en paz con los demás
y empeñarme solo en lo que
me dicta el amor.
Contigo, Dios del cielo, mantengo a raya
las dudas y nunca me quedo en un callejón sin salida.
Con la fuerza de tu poderoso Espíritu nada
me intimida, no tengo el alma mutilada y mis fuerzas se renuevan.
Dios mío, acepto lo que vivo, aunque sea arduo, porque sé que es para
crecer. Te amo y siempre te amaré.
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