Una
clínica privada en España recoge firmas para que se pueda elegir el sexo del
bebé.
Esta práctica está prohibida en España y en la mayoría de
los países europeos
El Instituto de Reproducción Cefer presentó en enero una
iniciativa legislativa popular (IPL) para cambiar la Ley y, tras las gestiones
necesarias, ha anunciado hoy en rueda de prensa que ha comenzado a buscar medio
millón de personas que la apoyen, como ya lo ha hecho institucionalmente la
Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (ANACER), que engloba
a varios centros privados. Los dueños de este centro han conseguido que el
Congreso admita su propuesta, pero es necesario que 500.000 ciudadanos les
acompañen para que se produzca un eventual debate en la cámara baja y se someta
a votación su proposición.
Simón
Marina, fundador del centro promotor, cree que se trata de "una cuestión
de libertad y democracia" y apunta a que no existe ninguna razón para
prohibir la elección de sexo. "Es un derecho que no atenta contra
nadie".
La
supuesta aprobación de esta IPL supondría un cambio en los pacientes de las
clínicas de reproducción asistida, que dejarían de ser solo mujeres sin pareja
masculina o parejas con infertilidad y empezarían a incluir parejas sanas que
se sometieran a estas técnicas no por motivos médicos, sino por un deseo
personal de tener una descendencia de determinado sexo.
Para este especialista, toda intervención médica
"tiene un riesgo, aunque mínimo". "Personalmente, no estoy a
favor", apunta, añadiendo que le preocupa la situación de los embriones
del sexo indeseado.
El
experto reconoce que hay parejas que solicitan este servicio, denegado por la
ley pero, a su juicio, son pocas. "Si fuera libre, quizás más
parejas lo pedirían". Le preocupa el estatus del embrión y apunta a que
existe una técnica, la filtración con espermatozoides, que permite seleccionar
los espermatozoides más proclives a formar un varón. Sin embargo, se trata de
un procedimiento "poco eficiente" por lo que no se utiliza. Si
pudiera utilizarse, el especialista considera que la elección de sexo tendría
menos problemas éticos.
La bióloga Montse Boada, del Instituto Universitario
Dexeus, opina por su parte "que no hay mucha demanda de este tipo"
por parte de sus pacientes. Señala que no puede "estar en contra" de
la iniciativa del Instituto de Reproducción Cefer, pero no le parece que sea el
objetivo de la reproducción asistida, "que es tratar los problemas de
esterilidad o las enfermedades genéticas".
Eso
sí, Boada se muestra de acuerdo con Simón Marina en que una supuesta aprobación
de esta ILP no supondría un problema en el sentido de equilibrio de sexos, como
sí lo sería en países donde hay rechazo para el sexo femenino.
Este es uno de los argumentos más utilizados por los
promotores del cambio legislativo, que señalan que la mayoría de los
solicitantes actuales son parejas que tienen dos hijos del mismo sexo y buscan
un tercero de distinto género.
La coordinadora del grupo de interés en ética y buena
práctica de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Rocío Núñez, considera
que la aprobación o no de la ley "daría lo mismo", puesto que existen
técnicas para hacerlo y, a su juicio, no tendría repercusión en el equilibrio
de sexos. Sin embargo, esta experta subraya que el cambio sería difícil, porque
"en otros supuestos ha costado bastante" cambiar la ley.
Núñez,
no obstante, apunta otro dato: "La técnica que se utilizaría para
seleccionar el sexo del embrión sería el diagnóstico genético preimplantacional
(DGP). Aunque la efectividad es 100%, se trata de una técnica cara, por
lo que no sería una opción para cualquier pareja, sino para aquellas con nivel
adquisitivo alto que se lo pudieran permitir".
La recogida de firmas para la aprobación de la ILP ha
comenzado ya en los cuatro centros que Cefer tiene en Barcelona, Lleida y
Valencia pero, tal y como adelanta Marina, pronto se podrá también firmar en el
resto de clínicas de reproducción asistida de ANACER. Entre los planes para
promover la ILP, Marina comenta que su intención es reunirse con la SEF y otras
sociedades médicas involucradas en el campo de la reproducción.
Todo ello con el objetivo de reunir las firmas necesarias
antes de finales de noviembre, cuando acaba el plazo. También es posible apoyar
la iniciativa en formato electrónico.
Marina
es consciente de la dificultad de sacar adelante la IPL e, incluso, de llegar a
recoger el medio millón de firmas necesario. "Aunque se recogieran las
firmas, el parlamento tendría que aceptar que se debatiera y tenemos un
Gobierno en el que hay una presión ideológica en torno a estos temas",
concluye.
NOTA: HAY QUE DEJAR A DIOS LAS
COSAS DE DIOS
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