La verdad es escurridiza cuando hay
soberbia y solo permanece en las almas realmente humildes.
Todos
alimentamos engaños y delirios, bien convencidos de estar siempre en la verdad.
Por eso avanzas mucho en el camino
espiritual cuando eres sencillo, flexible y tienes una mente abierta.
La verdad suele estar bien lejos de tu
verdad y no es
precisamente la que te gusta conocer y seguir.
La verdad es relativa y exigente, es
incómoda y te lleva por caminos que no quisieras recorrer.
La
verdad no es lo que busca tu ego, tan amigo de las apariencias y tan enamorado
de las máscaras.
Por
eso, el día que decides
conocerte y confrontarte, descubres cuántas mentiras tenías como verdades.
La verdad total solo está en Dios y libera a los que apuestan
todo por Él.
¿Estás preparado para conocer y seguir
la verdad?
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